La adquisición de bienes y servicios es el factor de más peso en la formación de los costes de una compañía. Las compras suponen de media el 75 por ciento del gasto total de las empresas. Un ahorro del 5 por ciento de estos costes puede suponer un alza del 32 por ciento de los beneficios. Tal y como afirma el vicepresidente de Aerce (Asociación Española de Profesionales de Compras, Contratación y Aprovisionamientos) en Cataluña, Miguel Benítez, en el sector de la alimentación el 50 por ciento de estas compras están sujetas a volatilidad.
¿Cómo pueden las empresas gestionar los riesgos derivados de cambios bruscos de precios en las materias primas?
No es sencillo. Debe haber una política de gestión de riesgo bien definida, que muchas empresas no la tienen. Las compañías deben cuantificar el riesgo de volatilidad de sus materias primas para saber qué porcentaje de compras está sujeto a cambios bruscos de precios. Hay que hacer un seguimiento e involucrarse en mercados de futuro.
¿Qué tendencias de compras siguen las empresas?
Las empresas acostumbran a compra a corto plazo al mejor precio que haya en el mercado. Algunas por desconocimiento funcionan así. En cambio, otras que tienen una política definida hacen también contratos forward (a plazo) de por ejemplo seis meses y llegan a un acuerdo con el proveedor y negocian un precio fijo para ese período.
Si los precios suben, bien, pero si bajan, la empresa pierde.
Si baja el precio, la empresa sale perdiendo y es menos competitiva. Esta es la gran problemática que hay. Por ello hay que cubrirse en un mercado de futuro, una operación financiera que es como un seguro. Esta operación sirve como garantía si el precio baja. Un problema es que las empresas no están acostumbradas a pagar una prima por esa seguridad y asumen ese riesgo. Prefieren trabajar a corto plazo aunque sean menos competitivas.
¿Qué empresas gestionan mejor el riesgo?
En España no hay más de un 10 por ciento de grandes empresas que les afecte la volatilidad y estén trabajando bien, y de las pymes, el 90 por ciento no lo sabe gestionar. Las multinacionales, y especialmente del sector de la alimentación, son la que mejor lo controlan.
¿Hay herramientas que facilitan esta labor?
Sí. Una empresa puede subcontratar a una compañía un servicio que estudia la evolución del mercado. Existen expertos en analizar cómo se mueve el precio de las materias primas. Otras también te aconsejan. Contratar información del mercado cuesta entre 10.000 y 20.000 euros anuales.
¿Qué problemas hay en los departamentos de compras?
Algunas no tienen recursos y otras no disponen de profesionales formados.