El fútbol para Johan Cruyff es el "arte del engaño, porque no es atletismo, es la capacidad de sorprender, de atacar". Esa mentalidad permitió que se construyese en torno a un niño de dieciséis años aquel Ajax que deslumbró a comienzos de los setenta con tres copas de Europa.
Quizás también esa mentalidad es la que permitió a Cruyff protagonizar algunos de los mayores encuentros y desencuentros de la historia del fútbol. En su Holanda natal, pese a haberse incorporado al club de Amsterdam a los diez años y todo el mundo pensar que colgaría la botas en el equipo de su niñez, se marchó con 35 años al rival de toda la vida, el Feyenoord de Rotterdam, para ganar la liga y la copa. En el Barça es una barra más de la senyera del escudo porque entendió lo que suponía ganar la Liga del 74, un año antes de la muerte de Franco (la del 0 a 5 al Real Madrid en el Bernabéu), y dijo aquello de que "el Barça es más que un club". Sin embargo sus dos salidas provocaron una gran convulsión.
Cruyff es el Steve Jobs del fútbol. El fundador de Apple en un garaje, junto a su amigo Steve Wozniak, tras el éxito del Macintosh se enfrentó a toda la cúpula de la compañía y vendió entonces todas sus acciones, salvo una. El holandés, convertido en emblema del barcelona pese a ganar como jugador solo una Liga y una Copa, también se enfrentó a la directiva azulgrana mientras negociaba su futuro en dólares en la liga estadounidense. Como el mago Jobs, que tras su marcha de Apple transformó una empresa subsidiaria adquirida a Lucasfilm en Pixar y revolucionó la industria de animación con el lanzamiento de Toy Story, Cruyff ganó como jugador todavía tres ligas más y dos copas en Holanda. Pero lo mejor estaba por llegar. Cruyff recogió ya como entrenador un Barcelona hundido y la directiva de José Luis Núñez le dio dos años de resultados discretos para que explotara el 'Dream Team' y llegara la primera Copa de Europa, la del gol de Koeman en Wembley. Maximizo la idea de que lo importante para ser feliz no es hacer lo que uno quiere, es querer lo que uno hace. Cruyff se dijo que si tenía que ver todos los partidos, debía disfrutarlos. Catapultó el fútbol del Barcelona como Jobs recuperó del rescoldo de Apple la mejor marca de tecnología. Sus iPods y iPhones han sido imitados por todo el sector al igual que la herencia del 'Dream Team' es la piedra angular para la mitad del planeta futbolístico.