Bolsa, mercados y cotizaciones

El beneficio récord del Santander y BBVA y la quiniela de 14 de Batalla

Un lustro después de la caída de Lehman Brothers el sector financiero mundial se ha recuperado de la mayor crisis desde el 29, incluso comienza a cebar nuevas burbujas, como la que ya se comenta del shadow banking, con la intención de demostrar que la historia sólo es una sucesión de circunstancias que se repiten.

Sea como fuere, la crisis financiera para la banca española dejó una instantánea de la que todos nos sentimos un poco orgullosos. Desmitificados esos bancos de inversión que armaban grandes operaciones financieras, que empaquetaban complicados productos financieros, pero que sobre todo miraban por encima del hombro a quienes se dedicaban a hacer banca tradicional -la de prestar dinero y remunerar a particulares y empresas-, las dos principales entidades españolas eran reclamadas en el olimpo del beneficio sectorial. El Santander y BBVA se erigían al poco de caer Lehman como los dos bancos occidentales con mayores ganancias -los chinos ya jugaban en otra liga-. Eran los tiempos en los que "el cielo era límite", como dijo Emilio Botín, y en los que los duros cuellos de la City y Wall Street, que siempre apreciarán más modelos bancarios supuestamente más sofisticados, tenían que claudicar frente a la brillante banca de particulares hecha por españoles en todo el mundo.

Este liderazgo del beneficio bancario se sabía que caería con el paso de los años pero se aceleró como consecuencia de un mercado doméstico en el que casi todo el mundo sabía que había una burbuja inmobiliaria alimentada por muchos. Si para EEUU, Lehman es la mayor de sus quiebras, nosotros tenemos la de Bankia. La foto de aquel liderazgo en la tabla de ganancias era una quiniela de catorce seguramente adulterada como aquella que le tocó al central del Pontevedra Batalla. El tipo tenía trece aciertos y en el último partido de la jornada, el que jugaba el Zaragoza frente al Pontevedra, tenía puesta una 'X'. A falta de cinco minutos el equipo gallego ganaba por dos goles pero el partido terminó en empate. Matías Prats padre contó lo que pasaba y se montó la polémica tras el empate. Un resultado atípico porque a aquel Pontevedra le llamaron el rey de unos al ser un '1' fijo en La Quiniela si jugaba en casa. El campo de Pasarón tenía una gran panza, para desaguar, pero que descolocaba a los visitantes. Desarmaba a los contrarios como el mercado bancario doméstico español aleja a la banca extranjera.

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