La máquina de hacer dinero, de momento, no ralentiza su ritmo en EEUU. La Reserva Federal (Fed) sorprendió el miércoles al anunciar que mantiene su actual política de compras de deuda, con la que inyecta 85.000 millones de dólares mensuales.
Todos los activos financieros han reaccionado a la decisión, y el propio dólar ha festejado que la mayor economía del mundo seguirá imprimiendo los mismos billetes verdes al mes para apoyar el crecimiento.
En el mercado de divisas, el más líquido del mundo, ha habido una sola interpretación. Aunque es cuestión de tiempo que el banco central de EEUU retire su política de estímulos económicos, el retraso ha llevado a los inversores a decantarse claramente por vender dólares y comprar otras divisas. En el cambio contra el euro la reacción es muy visible. En dos sesiones la moneda única europea se ha revalorizado alrededor de un 1,4% contra la divisa estadounidense. Si el martes un euro compraba 1,336 dólares, este jueves el cambio alcanzó durante el día los 1,355 dólares.
Este alza deja al euro a menos de un centavo de su máximo anual en el cruce contra el billete verde, los 1,364 dólares que alcanzó en febrero. También pone un nuevo peso para la economía europea en su carrera por el crecimiento. Un euro más fuerte encarece, por ejemplo, las exportaciones.
La preocupación de Bernanke
El retraso de la Fed pilló a todos por sorpresa. Hay un activo que llevaba semanas descontando que el banco central reduciría sus inyecciones de dinero en unos 10.000 millones de dólares. No es otro que la renta fija. El interés de los bonos estadounidenses, que durante los últimos años ha estado protegido por la política expansiva de la institución, escalaron este mes hasta el 3% en el caso del 10 años. De hecho, Bernanke mostró en la rueda de prensa posterior a la reunión la preocupación por esta escalada. Tras anunciar su decisión, la rentabilidad del T-Note se ha relajado en torno al 2,7% gracias a las compras de estos días -el interés baja cuando el precio sube-.
Todo pese a que la retirada de estímulos no parece venir acompañada de un alza de tipos, ya que de la reunión también se concluyó que la mayoría de miembros del Comité de Mercados Abiertos de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglés) todavía no está dispuesto a subirlos hasta 2015.
Estas compras en EEUU también se reflejaron en la deuda alemana, la considerada como refugio en Europa y que en las últimas semanas había seguido el mismo camino que la americana. La rentabilidad del bono germano a 10 años pasó del 2 al 1,92%. Esta relajación impidió que la caída también en el interés de la deuda española se materializase en un nuevo descenso del riesgo país. Aunque la rentabilidad del bono español a una década bajó del 4,4 al 4,32%, el diferencial con Alemania se mantuvo en el mismo nivel que el día anterior, en los 240 puntos básicos.
