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Obama busca más respaldo político sobre Siria dentro y fuera de EEUU

El presidente se reúne con los congresistas y Kerry busca más apoyo de la Unión Europea. Mientras, parlamentarios rusos viajarán a Estados Unidos para tratar de influir sobre los votos del congreso.

Pese a que Estados Unidos celebró ayer la festividad de Labor Day, la actividad política en Washington fue incesante. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mantuvo distintas reuniones a puerta cerrada con diversos legisladores con el fin de encontrar el apoyo suficiente que garantice la ofensiva limitada contra el Gobierno sirio. En una sorprendente decisión política, el mandatario puso en manos del Congreso la decisión de ejercer una ofensiva limitada contra el régimen de Bashar al-Assad tras el presunto ataque químico orquestado contra la población civil de Damasco el pasado 21 de agosto.

Ahora, la Administración Obama busca desesperadamente el respaldo del Capitolio para salvaguardar así su credibilidad ante la opinión pública y la comunidad internacional. Por ello, el mandatario se reunió con los senadores John McCain (republicano por Arizona) y Lindsey Graham (republicana por Carolina del Sur) durante la jornada de ayer dando así el pistoletazo de salida a una serie de encuentros para conseguir luz verde por parte de los legisladores. Además, parte de los congresistas demócratas acudieron ayer a una sesión informativa durante la que se ofrecieron detalles sobre las investigaciones llevadas a cabo por los servicios de inteligencia de Estados Unidos.

Positivo en gas sarín

Cabe recordar que el secretario de Estado, John Kerry, afirmó el pasado domingo en el programa Meet the Press de la NBC que las muestras recogidas en el lugar donde se perpetró el ataque del pasado 21 de agosto dieron positivo al uso de gas sarín, un agente nervioso y letal.

Por otro lado, un oficial del Departamento de Defensa de EEUU confirmó que el portaaviones USS Nimitz había llegado al Mar Rojo.

Mientras tanto, Naciones Unidas informó que alrededor de 6,2 millones de sirios habían sido desplazados como consecuencia de la guerra civil en el país, lo que representa entre un tercio y una cuarta parte de la población siria. Por su parte, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo ayer a la prensa que había visto pruebas que le convencieron de que las fuerzas del régimen sirio fueron responsables del ataque del pasado 21 de agosto, según informó Reuters.

Rusia, proveedor de armas a Assad y miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que se opone a la intervención militar, manifestó que las pruebas de armas químicas dadas a conocer por Estados Unidos la semana pasada eran "poco convincentes" y no justifican la acción militar, según publicaba ayer el New York Times.

Precisamente, la agencia de noticias Interfax informó que Rusia había enviado una nave de reconocimiento, la Priazovye, al este del Mediterráneo, después de que el presidente ruso Vladimir Putin afirmase que era necesario proteger los intereses de seguridad nacional de su país. A su vez, Moscú también agotará la vía diplomática. La presidenta de la cámara alta del Parlamento ruso, Valentina Matviyenko, anunció que un grupo de parlamentarios viajará a Estados Unidos para tratar de influenciar sobre el Congreso estadounidense en su decisión sobre la operación militar.

Adiós al ataque 'relámpago'

Mientras el baile diplomático continúa, el régimen de Al-Assad recurre a la ONU para intentar una intervención estadounidense que ya no contaría con la colaboración de Reino Unido. De hecho, dentro de la Unión Europea, sólo los británicos y los franceses apoyan la posibilidad de iniciar una acción militar. En este contexto, Kerry podría reunirse con los ministros de Exteriores de la UE en Vilna (Lituania) el próximo sábado para intentar recabar apoyos antes de la votación en el Congreso.

Mientras tanto, los países aliados en la región se preparan, en primera fila, para las repercusiones de un ataque de EEUU. Israel aprobó a través de su presidente, Shimon Peres, las últimas decisiones provenientes de Washington, y Recep Erdogan, el presidente turco, se reunió con su cúpula militar para preparar la ofensiva contra Al-Assad.

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