Bolsa, mercados y cotizaciones

Pablo Isla, de 'Soldado' a Cid de la empresa española

Roberto Soldado, el exdelantero del Valencia ahora del Tottenham, se marchó este verano diciendo que "no cree en el proyecto del club". Tendría que haber aclarado que no cree en el máximo accionista, una fundación en la que está detrás la Generalitat Valenciana, que no puede devolver el dinero a una Bankia que, después de recibir un arsenal de ayudas públicas, estaría mal que condonase la deuda a un equipo de fútbol.

El Valencia, no su principal accionista, sí que es capaz de devolver los intereses de su deuda a Bankia a costa de desprenderse de sus principales estrellas. Si Soldado, valenciano de nacimiento y valencianista de corazón, hubiese tenido un responsable de comunicación le habría aconsejado que se despidiese como lo hizo Pablo Isla de Altadis cuando en mayo de 2005 dejó la copresidencia y se incorporó como consejero delegado a Inditex. Al anunciar el cambio textualmente agradecía "la gratificante experiencia profesional vivida". Claro que por la cabeza de Isla pasaría que el decreciente negocio del tabaco resultaría menos estimulante que el vertiginoso crecimiento de Zara, pero a este abogado del Estado, número uno de su promoción, no se le ocurrió hacer el mínimo desplante a la que había sido su casa.

Isla, con toda discreción y con la idea de realizar toda misión de la mejor manera posible, exigiendo siempre más, como educan los jesuitas, cogió Inditex como la décima compañía por tamaño de la bolsa española y la ha convertido en la primera por valor bursátil. Bien es cierto que en esto último fue ayudado, porque la empresa de Arteixo ha estado ajena al castigo de la marca España (es una compañía internacionalizada y a diferencia de las otras grandes de la bolsa española no tiene deuda y engorda una de las cajas cada vez más grandes).

Isla va camino de convertirse en El Cid de la bolsa española, el señor ganador de todas las batallas (que es lo que significaba Cid en el árabe andalusí que se hablaba en los reinos de Taifas). Incluso despliega más diplomacia que el mayor de nuestros militares de la Reconquista. Isla, desplazado a Galicia, conquistó la sucesión de Amancio Ortega en la presidencia de Inditex mientras que los historiadores modernos coinciden en que El Cid propició su destierro porque veía más proyecto en servir a los reinos musulmanes, que peleaban entre sí y rendían vasallaje a los cristianos (como el de Zaragoza), que quedarse en Castilla.

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