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La tradición de la financiación y el bombín de Pentland

Una de las señas de identidad a las que no pretende renunciar el Athletic de Bilbao es la de alinear jugadores oriundos de las diferentes provincias vascas.

Dar la vuelta a este axioma sería una afrenta al rasgo de identidad del club y rompería la esencia de los rojiblancos. Esas son sus raíces y hay que respetarlas, aunque la realidad es que el color original de los bilbaínos sea el azul y blanco. El equipo compraba camisetas al Blackburn Rovers en Inglaterra porque no desteñían y en una ocasión se encargó al directivo Juan Elorduy que comprara 50 camisetas azul y blancas para repartirlas con su filial de Madrid -el actual Atlético-.

Elorduy dejó todo para el último momento y en Southampton, de regreso a Bilbao, compró las camisetas del equipo local, rojiblancas. Puesta la tradición de jugar con jugadores vascos luego llegaron las delanteras míticas: Lafuente, Iragorri, Bata, Chirri y Gorostiza o más tarde Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gaínza. La tradición es una de las armas más peligrosas frente al cambio y que más cuesta desmontar. En el tejido empresarial español la tradición dice que la mayor parte de la financiación sea bancaria.

El 80% del crédito a nuestras grandes empresas es convencional, frente al 22 de las europeas. Hoy la financiación bancaria se ha encarecido por diferentes motivos como el tomate cuando llega al supermercado. Para abaratar el coste más alto de los créditos bancarios las empresas de gran tamaño han encontrado en la deuda una excelente fuente de financiación ante el elevado coste de la liquidez. En lo que llevamos de año la deuda emitida por bancos y corporaciones en nuestro país se ha incrementado un 74%. ¡Y vendrán más compañías que hasta ahora nunca han emitido deuda!

Porque no hay que olvidar que en el primer semestre se han batido récords de financiación barata: Prosegur (2,75% a cinco años); REE (2,375, a seis años)... Abertis (3,75, a diez años). A la vuelta del verano celebraremos nuevos récords porque como decía Chirri "que poco le queda" al bombín de Mr. Pentland. El jugador minutos antes de que aquel Athletic ganara un nuevo título con el entrenador extranjero que todavía conserva el mayor porcentaje de victorias de los bilbaínos siempre sentenciaba la misma frase antes de abrir por la tapa el bombín de un puñetazo.

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