
La experiencia de las pasadas elecciones del Comité Olímpico Internacional permite confiar en un 'rally' de la bolsa de Tokio, ganador de la candidatura a los próximos Juegos Olímpicos.
El pasado sábado, día 7 de septiembre, una ciudad se lanzaró a las calles para celebrar la elección de su candidatura para celebrar los Juegos Olímpicos de 2020... y el hoy los inversores tomarán los parqués para comprar las acciones de las compañías que puedan verse más beneficiadas. En las últimas votaciones -a excepción de Atlanta y Pekín-, la bolsa del país ganador se disparó una media de un 10 por ciento en las semanas posteriores a su elección.
La experiencia de las reacciones del mercado invita a ser optimistas, aunque también cautos, ya que el rally posterior a la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) suele ser efímero y en pocas semanas se pierde todo lo ganado anteriormente. No hace falta ir muy lejos para ver el último ejemplo: la elección de la candidatura de Río de Janeiro provocó un fuerte avance del índice Bovespa de la bolsa de Brasil del 11,2 por ciento en menos de 20 días, para después perder todo lo ganado en las diez jornadas siguientes. Por eso, el inversor debe estar dispuesto a especular con la candidatura ganadora y con el momento oportuno para vender.
La celebración de unos Juegos Olímpicos transciende las cifras meramente económicas, ya que se convierte en un evento social y deportivo a escala mundial con un valor intangible difícil de cuantificar. Al mismo tiempo, puede suponer un punto de inflexión que ayude a cambiar la concepción de España en el exterior, que actualmente se asocia principalmente a la crisis económica.
Construcción y servicios
La elección de Madrid como sede olímpica también vendría acompañada de un impacto muy positivo en algunos sectores concretos, especialmente en el turístico -muy potente en España-, y en el de la construcción, duramente castigado en los últimos años.
Esto traería buenas noticias para las compañías constructoras, que tratan poco a poco de levantar cabeza en un contexto complicado, y la elección de Madrid conllevaría un incremento notable en su actividad. Si bien es complicado establecer estimaciones cuantitativas concretas, y a pesar de que una gran parte de la infraestructura ya está construida -el 80 por ciento de las instalaciones deportivas ya están acabadas-, todavía queda un buen pellizco que algún contratista podría aprovechar. Un ejemplo es el caso de FCC, firma encargada de la remodelación del estadio olímpico de La Peineta.
Pedro Rafael Sastre, analista de Banca March, recalca que "la mayor parte de las infraestructuras ya están hechas, aunque todavía falta alrededor de un 30 por ciento por construir. Esto será bueno para la obra pública, y desde luego para el sector de la construcción. Si se ha de reforzar la infraestructura hotelera esto también impulsará a las constructoras''. A pesar de ello cree que "no será un cambio estructural. Durante los años de preparación aumentará el consumo y el PIB nacional unas décimas, pero probablemente no será una reacción fulgurante. Eso sí, ciertos sectores castigados experimentarán mejoría, lo que les otorgará más solidez''.
Soledad Pellón, analista de mercados en IG, opina que "si Madrid es seleccionada como sede olímpica, el impacto positivo sobre el sector turismo y constructoras se notará de manera inmediata en bolsa, ya que los inversores, antes de valorar de manera pormenorizada el impacto de esto se lanzarán a comprar acciones''. También cree que "a medida que se acerque la fecha, el sector consumo se puede ver beneficiado y, por supuesto, aerolíneas como IAG. Además podrían repuntar compañías como Prosegur, si consigue contratos de seguridad''.
No hay que olvidar que son enormes las labores necesarias para garantizar el transcurso sin incidentes de los Juegos Olímpicos. Existe como ejemplo lo ocurrido en Londres 2012, cuando G4S, la compañía de seguridad contratada para el evento, avisó a dos semanas de comenzar éstos que estaba teniendo problemas en la contratación de agentes, con lo que el ejército británico tuvo que desplegar 3.500 efectivos más de los planeados para la realización de esas labores. En España, Prosegur sería una de las principales candidatas a los contratos millonarios de seguridad que se pondrán sobre la mesa para proteger la integridad de los deportistas y de los aficionados. Otras compañías españolas como Amadeus, dedicada a la provisión de soluciones tecnológicas para viajes, se verán positivamente afectadas si Madrid acoge los Juegos Olímpicos en 2020, gracias al aumento del tráfico aéreo que viviría la ciudad.
A corto y a largo plazo
La celebración de los Juegos tendría un efecto a medio y largo plazo sobre el beneficio de las compañías -el impacto sobre el sector servicios sería muy limitado hasta el año 2020-, pero su repercusión en los parqués podría ser inmediata. En el caso de la elección de las sedes olímpicas de Río de Janeiro, Londres y Atenas tuvo efecto efervescente en bolsa. Las primeras semanas son muy positivas, con un rally alcista que puede permitir a los inversores más rápidos conseguir una jugosa rentabilidad. Sin embargo, este efecto tiende a diluirse hasta perder todo lo ganado en las sesiones posteriores.
El Ftse 100 de la bolsa londinense consiguió un avance sostenido de dos meses (entre el 6 de julio y el 3 de octubre de 2005), que llevó al selectivo a conseguir unas ganancias del 6 por ciento. En el caso de ASE griego, vivió un rally del 16,7 por ciento en poco más de un mes, mientras que el Bovespa brasileño ganó un 11,2 por ciento en el año 2009, aunque ambos selectivos perderían todo lo ganado en las semanas siguientes. ¿Ocurrirá lo mismo en España, Turquía o Japón a partir del viernes? Por el contrario, en el caso de Atlanta 1996 y de Pekín 2008, las bolsas estadounidense y China apenas se inmutaron tras la elección de sus candidaturas. El elevado tamaño de los dos países provoca que un evento aislado apenas tenga influencia en el conjunto de su economía, lo que puede ser uno de los motivos por los que los mercados no se alteraron.
El efecto de los Juegos Olímpicos también tendrá impacto en la economía del país, aunque con la mayor parte de las infraestructuras ya construidas, como es el caso de Madrid, el grueso de los ingresos se retrasarían hasta la propia celebración del evento. El impacto que tuvieron los Juegos de Londres sobre la economía del país invita al optimismo, ya que tras tres trimestres sin conseguir avances en el PIB, volvió a crecer entre julio y septiembre del año pasado un 0,7 por ciento. La Oficina Nacional de Estadísticas cuantificó el impacto de la venta de entradas en 0,2 puntos porcentuales del PIB, aunque no puso cifras sobre el impacto de los Juegos.