Desde que el pasado 12 de agosto, la compañía anunciase, a través de un comunicado oficial "estar explorando nuevos caminos", los títulos han caído más de un 7 por ciento.
Timothy Dattels, miembro de la junta directiva de Blackberry, se pondrá al frente de una comisión, para buscar un "nuevo modelo de negocio" para la empresa. Entre las alternativas, se contempla la idea de asociarse, pero son muchos los que consideran esto como un anuncio de venta.
Desde la propia empresa afirman que la formación de este comité no implica que algunas operaciones de este tipo vayan a producirse, pero las especulaciones no cesan. De lo que no queda duda es que la compañía canadiense ha perdido una importantísima cuota de mercado frente a productos como el iPhone de Apple y los teléfonos que utilizan Android, el conocido sistema operativo de Google.
Renovarse o morir
Según informaciones recogidas, los que suenan como posibles compradores de la antigua Research In Motion, en caso de que la venta fuese la solución, son Microsoft, Lenovo, o las chinas Huawei o ZTE; o incluso Prem Watsa, fundador de Fairfax Financial, y principal accionista de Blackberry.
El 19 de junio de 2008 el título alcanzó su máximo histórico, al marcar los 147,55 dólares. Y solo en lo que va de año, la compañía ha perdido más del 19 por ciento. Actualmente, se estima que Blackberry registre unas pérdidas de 349 millones de dólares.
La recomendación que dan los analistas es vender. Muy lejos queda el consejo de compra que la empresa lució en los primeros años de la actual crisis.
Se ha apreciado un rebote en la acción del fabricante de teléfonos desde finales de julio. Pero sigue en un momento bastante delicado.
"Actualmente, Blackberry se sitúa en los 10,22 dólares, pero si pierde el rango entre los 9 y 10, quedaría fuera pensar en cualquier reestructuración alcista, es difícil observar un patrón al alza que rellene el hueco. La resistencia se sitúa entre los 13 y 14,40, y solamente rota ésta, se consideraría superada esa tendencia, pero parece un escenario difícil de conseguir", afirma Joan Cabrero, analista de Ágora A. F.