Bolsa, mercados y cotizaciones

Las bolsas periféricas se descuelgan de las subidas del resto de Europa

Varias citas durante la semana han mareado a los mercados. Si alguien vuelve hoy de vacaciones y lee que el Ibex 35 ha cerrado la última semana con una caída de apenas el 0,3% podría pensar que es una típica semana de verano en la que ya hay pocos inversores y pocos movimientos.

Sin embargo, el índice empezó la semana con una subida del 1,9% para cerrarla con un descenso del 2,32% y en varias sesiones se movieron más de 3.000 millones de euros, cuando la media del año es de 2.700 millones.

Citas y reuniones no faltaron durante la semana para justificar estos cambios. El golpe final para que el índice español cerrase la semana en negativo descolgándose del resto de Europa fue el anuncio de la reforma energética que costó pérdidas en bolsa de entre el 6 y 8,5% a valores como Acciona, Gas Natural, Red Eléctrica o Enagás. Solo países como Italia, Portugal o Grecia cerraron la semana también en negativo, mientras que el EuroStoxx se anotó un 3%, el Cac francés un 2,7%, el Ftse 100 británico un 2,66% y el Dax alemán, un 5,2%.

Pero empecemos por el principio. El primer día de la semana se reunieron los ministros de finanzas de la eurozona para desbloquear otro tramo de ayudas a Grecia y encaminar un nuevo rescate a Portugal. Las bolsas europeas lo celebraron aunque pronto se toparon con varios frenos. Llegaron las nuevas previsiones del FMI (Fondo Monetario Internacional) que empeoraban sus pronósticos económicos previos sobre el crecimiento en la zona euro; tanto que para España retrasaron el aumento del PIB hasta 2015. En cambio, hay quien piensa que son previsiones demasiado pesimistas. Un día más tarde el equipo de análisis de Deutsche Bank aseguraba que la economía española crecerá un 0,5% en 2014 e incluso contempló tasas positivas para la segunda mitad de 2013.

A las perspectivas del FMI se sumó la rebaja de rating de la agencia Standard & Poor's a Italia el miércoles y de Fitch a Francia mismo, con lo que las miradas recon sobre España y la posibilidad de ver un recorte similar en la calificación de su deuda soberana. Si bien nada de esto provocó una sangría de ventas en la renta variable sí se dejó sentir más en el mercado de renta fija. La prima de riesgo española subió en cada una de las últimas cinco sesiones, la peor racha desde marzo. El viernes el diferencial que los inversores exigen a la deuda española a 10 años frente a su homóloga alemana alcanzó los 322 puntos básicos, escalando 28 puntos desde los 294 puntos a los que cerró la semana anterior. El repunte se produjo tanto por la subida de la rentabilidad del bono español a una década, que pasó del 4,65 al 4,78%, como por las compras de deuda alemana que hicieron caer el interés del bund del 1,72 al 1,56%.

En cambio, no hubo tantas ventas de bonos italianos y, de hecho, la brecha entre la deuda española y la transalpina se abrió y superó los 35 puntos básicos por primera vez desde abril. Lo que sí sufrió Italia fue un encarecimiento del coste de financiación en las subastas que celebró tras la rebaja de rating. Aunque no estaba prevista en su agenda, el Tesoso Público español cerró el martes una colocación sindicada de bonos a 15 años -la primera a este vencimiento desde 2011- en la que captó 3.500 millones. Con esta operación adelantó su calendario y ya ha cubierto un 70% de sus necesidades de financiación a medio y largo plazo de este año.

Bernanke tranquiliza a Wall Street

Pero había un evento del que los mercados estaban más pendientes: la publicación de las actas de la última reunión de la Reserva Federal (Fed) y la posterior rueda de prensa de su presidente, Ben Bernanke. Esas actas revelaron lo sucedido ese 19 de junio en el que el banco central estadounidense sorprendió a los mercados anticipando una próxima retirada de sus estímulos económicos. El resultado gustó a los inversores porque no hubo una conclusión como tal, sino que todo volvió a quedar en el aire con la mitad de los miembros de la Fed a favor de retirar las compras este mismo año y con la otra mitad en contra. Esto junto a la necesidad de estos estímulos que transmitió Bernanke en su discurso al hablar de una política acomodaticia dieron alas a Wall Street. Algunos de sus principales índices, que esta semana empezaron a recoger también los primeros resultados empresariales del trimestre, marcaron nuevos máximos del año.

No fue el único banco central en salir a escena. El Banco de Japón celebró esta semana su reunión en la que mantuvo sin cambios tanto los tipos de interés como su actual política de estímulos económicos. Ante la falta de novedades en Japón, el mercado de divisas se movió más por las palabras. La venta de dólares se disparó en la madrugada del jueves hasta el punto de que en su cruce contra el euro superó los 1,32 dólares. Al cierre de la semana el cambio se estabilizó en torno a los 1,30 dólares, frente a los 1,28 del viernes anterior.

En las materias primas hubo un claro protagonista en la semana: el petróleo. Las tensiones en Egipto, el comienzo de la temporada de huracanes y el mayor consumo de carburantes en estas fechas elevaron el precio del barril en EEUU, el West Texas, a máximos anuales.

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