Si ya estaban caldeados los ánimos en los mercados de renta fija, que se despidió de junio con ventas récord -especialmente en EEUU-, la última crisis política procedente de Portugal ha contribuido a la formación de una tormenta perfecta que está azotando con saña a la deuda emitida por el Tesoro luso. El lunes, el bono a diez años cotizaba en el 6,4%, mientras que terminaba la sesión rindiendo un 7,21%, aunque llegó a marcar máximos intradía por encima del 8%.
Dado que los bancos de inversión consideran -y anteriores rescates así lo confirman- que el 7% es el umbral que no se debe cruzar para evitar que los intereses de la deuda asfixien al Estado, las ventas masivas de papel luso llevaron a los más alarmistas del mercado a plantear la posibilidad de que Portugal, como ya hizo Grecia en su día, tenga que pedir un segundo rescate de continuar su deuda en niveles insostenibles.
Como resultado del incremento de la tensión, que ha venido acompañada por nuevas compras de bonos alemanes -que recuperaraban su tradicional carácter de activo refugio-, que marcaron en el 1,66% su nivel más bajo en dos semanas, la prima de riesgo lusa cerró al término de la jornada en 581 puntos básicos, 79 puntos más que la sesión anterior y máximos desde diciembre de 2012. "Esperamos que la volatilidad continúe hasta que tengamos más claridad sobre la postura del actual gobierno de coalición", explica Andrew Cormack, gestor de Western Asset, filial especializada en renta fija de Legg Mason. "Pensamos que los actuales diferenciales no compensan a los inversores por los riesgos potenciales de una renegociación del actual acuerdo de rescate que podrá incluir la participación del sector privado, como fue el caso de Grecia", añade.
Por desgracia, la dimisión de dos ministros del gobierno de Portugal, y la amenaza de otros dos con abandonar el cargo, no ha sido el único dato negativo durante la jornada; los bajistas también encontraron excusas para hacerse fuertes en la radicalización de las negociaciones entre la propia Grecia y la Troika. "La Troika debería seguir hacia delante porque no hay necesidades inminentes de efectivo y el Tesoro [de Portugal] tiene suficiente liquidez para pagar vencimientos en septiembre y segundo, a pesar del resultado político (elecciones o reorganización del Gobierno), es probable que el país tome medidas a favor del crecimiento y relaje algo la presión fiscal" afirma Mónica Defend, directora de investigación y diversificación sobre Portugal de Pioneer, que asegura que "no necesariamente" estos últimos eventos afecten al mensaje del BCE en su reunión mensual, que celebra hoy en Fráncfort (ver página 21).
En este entorno de hipersensibilidad a las malas noticias, los mediocres registros de los PMI de servicios de India y China y la alarmante situación política en Egipto sólo añadieron más nubarrones a la tempestad.
Enésimo contagio
Así, al igual que en brotes anteriores de la crisis de la deuda soberana, las desventuras de Portugal también pesaron sobre el resto de países de la eurozona, especialmente los de la periferia. En el caso español, el bono a una década repuntó hasta el 4,75%, provocando que el diferencial con respecto a su homólogo alemán se ensanchase hasta los 311 puntos, mientras que el Ibex 35 caía un 1,56% por este cúmulo de acontecimientos y por la advertencia de Moody's a la banca.
Similar reacción, aunque más liviana, se registró en la plaza italiana. Los inversores también optaron por vender títulos transalpinos y así lo reflejó el rendimiento de su bono a una década, que subió hasta el 4,49% al término de la sesión. Paralelamente, la rentabilidad adicional exigida a esta referencia respecto al bund se expandió 10 puntos, hasta los 284 puntos básicos.
Más acentuada fue la reacción de los seguros contra impago (CDS); los más demandados fueron los lusos, que escalaron más de 85 puntos para llegar a los 495 puntos básicos. Los segundos más demandados fueron los helenos, que subieron cerca de 40 puntos, hasta los 1.480. Los CDS españoles e italianos, por su parte, remontaron sendos 19 y 18 puntos, hasta los 294 y 292 puntos respectivamente.
La mala noticia es que este entorno de mayor negatividad se puede prolongar en el tiempo, como publicaron en un informe los expertos de Bank of America Merrill Lynch: "Las noticias recientes procedentes de Irlanda, Portugal y Grecia están devolviendo a la periferia al escenario, y se podría crear más tensión en la segunda mitad del año, aunque no probablemente antes de las elecciones alemanas", sentencian, para a continuación asegurar que esperan para antes de fin de año que España, Chipre, Portugal y Grecia podrían dar sorpresas negativas en los próximos doce meses.