La agencia de calificación Standard & Poor's ha recortado el rating de la deuda a largo plazo a los bancos Barclays Bank, Credit Suisse y Deutsche Bank, desde 'A+' a la actual 'A', por los "crecientes riesgos" a los que se enfrentan los grandes grupos financieros europeos, activos en la banca de inversión.
La situación del sector ha empeorado con las nuevas regulaciones al sector, que traen nuevas exigencias de capital y un mayor control de su actividad, además de las condiciones inciertas del mercado. En consecuencia, indica S&P, el negocio bancario se ve cada vez más "amenazado".
Además de la rebaja en la calificación de estas tres entidades, la firma ha decidido mantener la de UBS en 'A-1'. Tanto para UBS como para Barclays, Credit Suisse y Deutsche Bank ha establecido una perspectiva "estable".
"Pensamos que los tenedores de deuda de estos cuatro bancos se enfrentan a un riesgo creciente por la estricta regulación de la industria, la fragilidad de los mercados globales, el estancamiento de las economías europeas y los todavía persistentes riesgos derivados de la crisis financiera", explica S&P en su informe, donde señala que estos factores podrían mermar los beneficios de las entidades.
El precio de la regulación
Según la agencia, existe un elevado número de iniciativas regulatorias en todo el mundo que están cada vez más pendientes de las operaciones de capitales en los mercados.
A esto se une la necesidad de capital de las entidades, financian sus balances fundamentalmente con deuda y tienen muy poco capacidad de absorber pérdidas. La banca podría desatar el pánico y un nuevo colapso económico en Europa.
Así, S&P detalla que la decisión sobre la calificación de Barclays se debe en parte a su elevada dependencia de los ingresos de la banca de inversión. También considera un punto negativo el hecho de que esté bajo la supervisión de las autoridades británicas, "en la vanguardia de los cambios regulatorios".
Con respecto a Deutsche Bank, el mayor banco alemán, la firma segura que también encara riesgos crecientes en las operaciones de banca de inversión. Tanto esta entidad como Barclays tendrán que lidiar con requerimientos de capital más duros por la normativa internacional y con las exigencias de liquidez por parte de EEUU, por ser bancos europeos operando en el país norteamericano.
El problema es el mismo para Credit Suisse, que obtiene cerca de la mitad de sus ingresos de la banca de inversión, recuerda la agencia.