Bolsa, mercados y cotizaciones

La recuperación económica amenaza a Wall Street (y no es ironía)

  • El temor a que la Fed reduzca su programa de compra de activos ha hecho que el mercado responda negativamente

Uno de los factores más peligrosos del dopaje monetario es que puede generar adicción. La buena evolución de la renta variable internacional (en especial de los países más desarrollados) en los últimos meses ha de entenderse en un contexto de medidas excepcionales de expansión monetaria que incluyen también la impresión de billetes. Pero, ¿qué pasará cuando los bancos centrales empiecen a retirar su apoyo?

Los últimos datos macroeconómicos publicados en Estados Unidos confirman las buenas sensaciones que transmite la economía del país, lo que ha iniciado un debate en el seno de la Reserva Federal sobre la idoneidad de comenzar a retirar sus estímulos.

"Los mercados ya están pensando en esta posibilidad y lo que vemos es una reacción negativa", advierte Soledad Pellón, analista de IG Markets. Esta respuesta bajista de la renta variable ha borrado de un plumazo los máximos históricos de Wall Street y amenaza con generar más volatilidad en los próximos meses. "Esta situación es un test para probar la solidez del mercado", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, por lo que actualmente conviene tener prudencia con el mercado estadounidense.

"Wall Street está inmerso en un movimiento lateral que parece que puede continuar durante unas semanas", explica Joan Cabrero, analista de Ágora A.F., "lo que hay que determinar ahora es cuál puede ser el suelo para los índices estadounidenses". A medida que sigan surgiendo buenos datos macroeconómicos, la posibilidad de una retirada de estímulos de la Fed tomará cuerpo con más fuerza.

De hecho, ayer lunes la agencia de calificación Standard & Poor's mejoró la perspectiva de la deuda estadounidense, de negativa a estable. Es decir, que no se plantea volver a reducir el rating de EEUU, porque considera que los riesgos fiscales se han diluído. De hecho, los expertos de la agencia han afirmado que creen que la recuperación de la primera economía del mundo "igualará o superará en los próximos años a la de sus competidores". Unas palabras que a priori presionaron al alza al dólar, pero que después se fueron difuminando.

Sin embargo, el presidente de la institución, Ben Bernanke, intentará ser fiel a su estilo e intentará tranquilizar a los mercados con sus palabras para evitar al máximo posible un aumento de la volatilidad. Los analistas apuntan que la estrategia de la institución pasará por una retirada paulatina del volumen de las compras del Quantitative Easing (QE3) a partir del otoño. "Se estima que en octubre el programa actual, que implica inyecciones por valor de 85.000 millones de dólares mensuales, se reduzca hasta los 65.000 millones de dólares", indica Pellón.

Del tacto de la Reserva Federal para retirar sus estímulos dependerá el regreso de la volatilidad al mercado. "De todas formas esto se está descontando ya y la Fed tiene el don para saber tranquilizar a los mercados con lo que no necesariamente veremos una volatilidad extrema sino bajadas más paulatinas", explica la analista.

"Este movimiento de transición puede durar 6 meses en los que aumente la volatilidad", advierte Campuzano, aunque "una subida de los tipos de interés y una venta de activos podría prolongarse durante uno o dos años más".

Buenos datos

La proximidad de la retirada de estímulos de la Reserva Federal dependerá de los datos económicos que se vayan conociendo en los próximos meses. Las últimas cifras invitan al optimismo, gracias principalmente a la fortaleza del mercado inmobiliario, con las ventas de viviendas en máximos de los últimos tres años, la confianza del consumidor, en niveles previos a la crisis y los ingresos personales en máximos históricos (ver gráfico).

Estas cifras apoyan las sólidas previsiones económicas que manejan los analistas para la primera economía del mundo. El consenso de mercado recogido por Bloomberg prevé un avance del PIB del país hasta el 2,6% trimestral al cierre del ejercicio y una caída del paro hasta el 7,4%.

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