Costes, subyacentes, horizonte de inversión... sepa qué debe leer con atención en la 'letra pequeña' de estos productos.
En el universo de la inversión, y en particular en países como España, aquellos que tienen un perfil de alto riesgo son minoría. En general, proliferan los inversores moderados o conservadores. Para muestra, una cifra: "Según el Observatorio Inverco que elaboramos en 2011, entre los años 2008 y 2009 y ese ejercicio aumentaron en más de un 50% los inversores que se definen como conservadores", señala Ángel Martínez-Aldama, director general de Inverco.
Desde luego, la crisis ha hecho que cada vez más personas demanden productos que les den tranquilidad, antes que rentabilidad. Y en este momento el terreno está abonado para el éxito del garantizado. Según la asociación de fondos y planes de pensiones, en el primer trimestre de 2013, los garantizados de renta fija fueron uno de los productos que registraron más suscripciones netas, "además de los de gestión pasiva, que marcan objetivos de rentabilidad esperada, aunque en este caso sin garantías", añade Martínez-Aldama. Sin embargo, pasa todo lo contrario con los de bolsa, que fue la categoría que acumuló más reembolsos netos.
Sustitutivos de los depósitos
¿Por qué esta diferencia? Principalmente, porque aunque ambos tengan el mismo collar, son perros muy distintos. José María Luna, director de análisis de Profim, explica que en el caso de "los garantizados de renta variable, la rentabilidad depende de cómo evolucionen uno o varios subyacentes, por lo que a priori no sabemos qué vamos a conseguir por tener nuestro dinero cautivo. En renta fija sí se conoce la rentabilidad en caso de mantener la inversión hasta el final".
También ha ayudado la búsqueda de alternativas más rentables al depósito bancario, que ha sido una de las estrellas de estos años. "Con el límite que ha puesto el Banco de España a la rentabilidad de los depósitos, los garantizados de renta fija han actuado como un sustitutivo", señala Martínez-Aldama.
Su popularidad tiene que ver con la tendencia conservadora del partícipe español, y con el vuelo de un producto seguro a otro, pero los bancos también juegan un papel muy importante. En palabras de Javier Monjardín, director de análisis de Tressis, en los últimos años "y sobre todo el año pasado hubo una gran creación de garantizados que además eran ofrecidos en la red bancaria de forma muy activa".
Sin embargo, hay que tener varios factores en cuenta. La liquidez es uno de ellos, ya que los garantizados están planteados para dejar el dinero dentro varios años, hasta el vencimiento. Los hay que ofrecen ventanas de liquidez en las que no se suelen aplicar comisiones de reembolso. Pero, aún así, sacar el dinero antes de tiempo supone "rescatarlo a valor liquidativo del fondo", advierte Martínez-Aldama.
"Otra es el plazo de la inversión, ya que el dinero que se destina a un garantizado es un dinero del que no se va a disponer en un período prolongado", apunta Luna. Tres años sería lo ideal para los expertos.
Además, es imprescindible conocer bien el subyacente del producto en cuestión y el cálculo de la rentabilidad. Lo ideal es escoger aquellos que ofrecen la revalorización que se anote el subyacente, punto a punto. Por último, las comisiones también son importantes. Dado que se trata de "fondos de gestión pasiva... a más altas, más perjuicio. Cuanto mayor sea la comisión de gestión, en productos de renta fija la TAE será más baja", advierte Luna.