En un escenario novedoso, lejos de la sede del Banco Central Europeo (BCE) de Fráncfort, Mario Draghi, presidente de la institución, anunciaba una media histórica: una rebaja del tipo de interés oficial de un cuarto de punto hasta el 0,5%. Algún miembro del consejo fue más lejos al plantear un recorte al 0,25%.
Bratislava, capital de Eslovaquia, fue testigo de una decisión histórica para la entidad monetaria, que cumplió así con las expectativas del mercado al situar el precio del dinero en el nivel más bajo que ha visto el euro desde su nacimiento. SuperMario acude una vez más al rescate de una economía que "muestra signos de debilidad", según sus palabras.
Sin embargo, la noticia histórica podría adolecer de la efectividad deseada. Al menos esta es la opinión de algunos expertos, que advierten que "el sistema de transmisión de la política monetaria está roto", como explica Javier Flores, analista de Asinver. Por este motivo, una rebaja de los tipos podría quedarse por el camino y no tener efectos reales en la economía o en las condiciones de acceso a la financiación. "Esta medida tendrá un impacto limitado en la economía, pero dará una señal de que el BCE está dispuesto a adoptar una política monetaria acomodaticia", explica Marie Diron, asesora económica de Ernst & Young Eurozone Forecast. A pesar de todo, Draghi se encargó de defender las decisiones adoptadas por el BCE que se resiste en las últimas reuniones a adoptar medidas no convencionales de expansión monetaria que acaben con la fractura del crédito en el seno de la eurozona. "Las políticas convencionales son efectivas", argumentó el líder italiano, quien culpó a la "incertidumbre económica" como principal motivo de la ausencia de crédito en los países periféricos.
'Barra libre'
En esta ocasión Draghi fue un paso más allá y envió una pequeña reprimenda a la banca europea: "la falta de financiación no puede ser una excusa para no prestar dinero". Y es que los esfuerzos del BCE para intentar que fluya el crédito hacia las pequeñas empresas se centra en facilitar liquidez al sistema bancario. Para asegurar la disponibilidad de dinero para las entidades financieras, la institución garantizó la barra libre de liquidez con las operaciones de refinanciación (MRO, por sus siglas en inglés) hasta el 8 de julio de 2014. Con esta herramienta, el BCE otorga a la banca toda la financiación que demande, con vencimientos a corto plazo y a tipos fijos. Para asegurar la disponibilidad de liquidez, también rebajó la facilidad marginal de crédito en medio punto, desde el 1,5 hasta el 1%. De este modo, las entidades europeas podrán solicitar préstamos a un día con un coste menor para hacer frente a necesidades puntales de efectivo.
Un ejemplo de que a la banca no le falta financiación es la facilidad de depósito, una herramienta que el BCE pone a disposición de las entidades para que depositen su exceso de liquidez. Esta cuenta no está remunerada desde julio de 2012, sin embargo, todavía recoge una media de casi 160.000 millones de euros, desde el inicio del año. Un montante que desde Fráncfort podrían querer movilizar. Para ello, podrían situar esta facilidad en terreno negativo, con lo que cobrarían a las entidades por guardar su dinero. "Contemplamos esta opción con la mente abierta", explicó SuperMario, aunque advirtió que podría tener "consecuencias no deseadas". "Esta medida es un poco agresiva a día de hoy", indica Juan Ramón Caridad, director del máster de finanzas FIA, de hecho, "me sorprendería que hiciera algo así". Actualmente Dinamarca es el único país con una tasa de depósito negativa.
El objetivo: las pymes
A pesar de que el BCE ha advertido una contracción de las diferencias existentes entre los países para acceder al crédito, uno de los objetivos principales de la institución monetaria es recuperar las condiciones normales de financiación a las pymes. En las últimas reuniones, Draghi venía advirtiendo de que están estudiando las fórmulas más apropiadas para volver a abrir el grifo de la financiación. ya concretó en una medida concreta: el mercado de ABS (Asset Backed Securities). Este instrumento permite titulizar activos financieros que generan flujos de caja, esto es, que reciben periódicamente el pago de unos intereses, y comercializarlos en el mercado. Esta vía que "actualmente está muerta", podría ser el próximo objetivo de las instituciones europeas, que ya negocian con el BCE las posiblidades que podría ofrecer, según informó Draghi.
De este modo, "deja la puerta abierta para el anuncio en el corto plazo de medidas en esta dirección", explican los analistas de Cortal Consors. Sin embargo, algunos analistas esperaban más y demandaban a la institución europea medidas concretas. "Se esperaba que facilitase el acceso a préstamos de las pymes, que aceptase colaterales de créditos a las empresas o que diseñara algún programa de refinanciación corporativa", explica Caridad. En cuanto a la situación de la economía de la eurozona, Draghi volvió a remarcar que confía en una recuperación paulatina para la segunda mitad del año.