En esto de los casamientos bursátiles, pedir la mano de la niña bonita de todas las plazas de renta variable no es suficiente. Los reguladores son los que finalmente contarán con la última palabra antes de bendecir el matrimonio. Es por ello que la posible fusión entre InterContinental Exchange (ICE) y el NYSE Euronext está ahora en manos de los reguladores antimonopolio de la Unión Europea (UE). Un acuerdo valorado en 8.200 millones de dólares y que engendraría una de las bolsas más grandes del mundo.
"Puedo confirmar que la Comisión es competente para examinar esta transacción", confirmó Antoine Colombani, portavoz del jefe de defensa de la competencia de la UE, Joaquín Almunia.
Ya van dos intentos
Ambas compañías presentaron sus planes ante la comisión el mes pasado con la esperanza de evitar enfrentarse a los reguladores nacionales, que son más propensos a oponerse al acuerdo que ver la creación del operador bursátil más grande del mundo por valor de mercado, según el Wall Street Journal. Así, cabe recordar que las autoridades de competencia en Portugal, España y el Reino Unido tenían hasta el 17 de abril para oponerse a la entrega del caso al organismo antimonopolio de la UE.
De acuerdo con el reglamento actual, la Comisión tendrá ahora 25 días hábiles para revisar la fusión, aunque se podría extender el plazo a un total de 90 días más en caso de que las partes presenten concesiones durante dicho período. Este es el segundo intento de ICE por hacerse con la Bolsa de Nueva York después de que su oferta conjunta con el Nasdaq OMX no llegase a buen puerto el año pasado.
El acuerdo daría a InterContinental Exchange, especializado en el comercio de materias primas y energía, el control de Liffe con sede en Londres, el segundo mercado de derivados más grande de Europa, lo que fortalecería a la compañía contra otros de sus rivales aquí en Estados Unidos como son la Chicago Mercantile Exchange y Nasdaq OMX Group.
No hay que olvidar que los reguladores europeos descarrilaron en febrero del año pasado el anuncio de fusión entre Deutsche Boerse y NYSE Euronext, un matrimonio de hasta 10.000 millones de dólares.