Después de las dudas que reflejó la cotización del euro durante la sesión del lunes, retrocedió hasta marcar mínimos intradía en los 1,3018 dólares. Se trata de un nivel por el que no transitaba desde el pasado 7 de enero.
En una nota remitida a sus clientes, el banco Société Générale alertaba de que el cruce euro/dólar puede llegar hasta los 1,25 dólares.
Fueron las palabras de Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (Fed), las que hicieron sacar pecho al billete verde frente a la moneda única. Intentando despejar las dudas sobre la continuidad del programa QE3 (estímulo cuantitativo) reflejadas en las últimas actas de la Fed, Bernanke se reafirmó en la necesidad de continuar con la política de compra de bonos del banco central, alegando que "la política monetaria está dando un apoyo importante a la recuperación mientras mantiene la inflación del objetivo de la Fed del 2%".
No obstante, lo que animó a los inversores fueron sus declaraciones de que la institución que preside "se mantiene confiada en que tiene las herramientas necesarias para endurecer su política monetaria cuando llegue el momento de hacerlo". Es decir, que podría estar gestándose un cambio desde una política monetaria laxa hacia otra más dura, despidiendo a las palomas y dando paso a los halcones. Una hipótesis avalada por las mejoras generalizadas tanto en el mercado laboral como en los indicadores macroeconómicos de EEUU; los últimos, dados a conocer, fueron las mejoras en la confianza del consumidor y las ventas de vivienda nueva.
