El mes acaba el próximo jueves, pero para el Tesoro Público español febrero ya está zanjado. Ayer se celebró la última subasta prevista en el calendario de financiación de este mes en 2013, con la que las arcas públicas acumulan 29.640 millones de euros desde que comenzó el año a través de la emisión de deuda a medio y largo plazo, un 24,4 por ciento de todo lo previsto en el año.
España se enfrentó ayer a un mercado en el que se mezclaban dosis de optimismo, que aparecieron tras conocerse el dato de déficit de 2012 durante el Debate del Estado de la Nación el miércoles, con viejos temores ante las inminentes elecciones de este fin de semana en Italia. El resultado fue favorable para el Tesoro, que pagó menores rentabilidades en todos los plazos.
El organismo emisor captó 4.227,8 millones de euros a través de la colocación de bonos a 2 años y obligaciones con vencimiento en octubre de 2019 y enero de 2023.
Los títulos a 2 y 10 años recibieron el grueso de la demanda, un 85 por ciento del total solicitado. Los primeros recibieron peticiones por 4.104,6 millones y, finalmente, vendió 1.111,7 millones a una rentabilidad media del 2,54 por ciento, inferior al 2,82 por ciento que pagó el Tesoro en la última subasta similar, del 7 de febrero.
También se redujo el interés que afrontó España para colocar deuda a 10 años, con los que obtuvo 2.568,4 millones de euros. Por estos bonos con vencimiento en enero de 2023 desembolsó un rendimiento medio del 5,2 por ciento, incluso por debajo del 5,18 por ciento al que cerró el bono español a una década en el mercado secundario -en el que cotizan los títulos después de ser emitidos-. En la colocación sindicada de diciembre de 10 años, el interés medio ascendió al 5,29 por ciento.
El resto de financiación, 547,7 millones de euros, la consiguió a través del papel con vencimiento en octubre de 2019, en el que el coste se quedó en el 4,275 por ciento.
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