El mes de febrero llegó hace once días y con él, la despedida del Tesoro Público a las letras con vencimiento a 18 meses, que a partir de ahora serán sustituidas por esta misma referencia a 9 meses.
El cambio de dinámica se podrá observar, en la que será la única subasta que tiene prevista el Tesoro Público para esta semana. En concreto, España regresa al mercado con una emisión de letras a 6 y 12 meses, con la que pretende captar un importe comprendido entre los 4.500 y 5.500 millones de euros. Y lo hará con la prima de riesgo, el termómetro que sirve para medir la desconfianza de los inversores sobre la deuda española, situada de nuevo en los 381 puntos básicos.
Para encontrar la última vez que España celebró colocaciones similares hay que retroceder en el calendario hasta enero. Y más en concreto, hasta el pasado día 15 en el caso de la referencia a un año. Por entonces, el Tesoro Público pagó un interés medio del 1,472% por colocar estos títulos en el mercado. Por el contrario, la última subasta de letras a 6 meses se celebró el pasado 22 de enero, y la saldó con una rentabilidad media del 0,88%.
A diferencia de lo sucedido en ocasiones anteriores -en las que la calma sobre la deuda española predominaba en el mercado secundario-, el Tesoro acudirá al mercado con la prima de riesgo española, que mide la rentabilidad adicional que exigen los inversores a nuestros bonos a una década respecto a los alemanes, ubicada de nuevo en los 381 puntos básicos, seis puntos más que a cierre del viernes.
Este repunte en el diferencial español encontró justificación en un aumento en la rentabilidad del bono español a una década, que pasó del 5,36% hasta el 5,42%.
Alemania también paga
El que también sufrió durante parte de la jornada fue el interés del bund germano a una década. Lo hizo en torno a las 13:00 horas, justo después de que el Tesoro alemán colocara casi 3.400 millones de euros en letras a 6 meses. La pega que encontraron los inversores es que lo hizo pagando un interés del 0,02% y no lo hacía desde junio de 2012. Acto y seguido, las ventas se extendieron hasta Alemania y el interés del bono germano llegó a escalar hasta el 1,629%.
La colocación de se saldó con un resultado muy distinto al que consiguió solo hace un mes, cuando el organismo alemán salió al mercado con el objetivo de subastar los mismos títulos y lo hizo con un rendimiento negativo del 0,009 %.
Pese a todo, el ánimo de los inversores se fue calmando paulatinamente, hasta el punto de que el interés del bund alemán a diez años fue desinflándose para lograr cerrar la jornada en el 1,609%, el mismo nivel al que cerró el viernes.