Esta semana se ha levantado la voz. "Europa está dejando al euro vulnerable a los movimientos irracionales en una dirección u otra". Es una de las frases con las que el presidente francés, François Hollande, instó a las instituciones europeas a diseñar un plan claro que proteja -y frene- a la moneda comunitaria.
Un euro que se ha apreciado en los últimos meses contra divisas como el dólar estadounidense o el yen ante las políticas de estos países para debilitar sus monedas y ganar competitividad. En esta carrera alcista, el euro tropieza ahora con la inestabilidad política.
Tal como explica Marian Fernández, directora de estrategia de Inversis, el euro no solo recoge la diferencia de los tipos de interés entre países, sino que también le afectan otras decisiones, los temores del mercado o las incertidumbres de corte político. Por ello, "sí que podría corregir", opina Fernández, "pero si pasa este episodio de volatilidad, podríamos ver un euro un poco más fuerte", añade.
"Las incertidumbres políticas podrían ayudar a ir corrigiendo al euro puntualmente. Pero todavía podremos ver el cambio en niveles cercanos a los 1,4 dólares" comparte Luis Lorenzo, de Dif Broker.
Algunos expertos creen que dentro de la tendencia que ha seguido la moneda comunitaria europea podría tomarse un respiro. "Nosotros creemos que el euro debería estabilizarse en el rango actual entre 1,31-1,37 dólares", señala Miguel Paz, director de gestión de Unicorp.
Desde Cortal Consors, Óscar Germade también apunta a un "proceso correctivo/consolidativo" en el corto plazo. "Nuestra recomendación sería incorporarse a precios de 1,33-1,32", indica el analista.
Y los bancos centrales...
Más allá de tensiones políticas, las estrategias seguidas por los principales bancos centrales seguirán siendo la clave en esta guerra de divisas en la que no todos los jugadores se involucran por igual. "El problema de que el euro cotice tan arriba es que en Europa no hay una política sobre qué se quiere hacer con la moneda, mientras EEUU lo tiene muy claro con su divisa", argumenta Daniel Álvarez, analista de XTB. "Son precios irreales", subraya, a la vez que indica que no se ajustarán a la realidad económica mientras el BCE siga teniendo las manos atadas.
De momento, el mercado mira a la reunión de mañana. "El BCE lanzó en enero un mensaje optimista", recuerda Marian Fernández. Eso sí, "no es lo mismo que no vaya a bajar los tipos a que los suba", matiza Miguel Paz, que entiende que "el mercado sobrereaccionó a las palabras de Draghi" y que aún no llegarán subidas, por lo que el euro podría relajarse hacia los 1,31.
En los últimos meses el apetito general por el riesgo ha sido fundamental para aupar al euro. Aunque no se olvida el gran detonante. "Las mayores expectativas de inflación en EEUU junto a su política de tipos cero justifican en principio una tendencia a apreciarse del euro frente al dólar", explica Nicolás López, de MG Valores. "En este sentido es posible que en próximos meses vuelva a acercarse al 1,5", señala.