
Los contratos por diferencias (CFDs) en España son algo parecido a un bebé promesa, que lleva muy pocos meses en el mundo, pero del que todos sus familiares esperan mucho. Las perspectivas para estos productos son muy positivas ya que son tan líquidos como las acciones, aunque no cotizan en bolsa, sino que están emitidos por las plataformas que los comercializan o que subcontratan a terceros.
Cada vez son más los brokers que los ofertan en el mercado español y cada uno es diferente. No sólo por el tipo de órdenes que permiten ejecutar, sino también por las garantías que exigen en la ejecución de las operaciones y la gama de CFDs que ofrecen. Interdin o Renta4, por ejemplo, sólo comercializan por el momento una gama española. Agenbolsa añade CFDs sobre títulos de empresas internacionales a su oferta y sobre el precio de contado del Ibex 35.
Las gamas más amplias las ofrecen Dif Broker (4.000 productos) e IGMarkets (7.500). Estas dos plataformas abren las puertas a los CFDs sobre índices, metales, materias primas... prácticamente sobre todos los mercados financieros para invertir tanto al alza como a la baja. Porque esa es una de las grandes ventajas de los contratos por diferencias: que permiten ganar dinero cuando un valor cae.
¿Cortos o largos?
El CFD es un producto derivado al que pueden recurrir tanto quienes piensan que una acción puede subir (están largos); como los que esperan que un título o índice caiga. Aunque la posibilidad de invertir a la baja la ofrecen algunos derivados como las opciones, los warrants o los futuros, la ventaja de los CFDs es que no tienen vencimiento (se puede ser alcista o bajista indefinidamente sin tener que cambiar de derivado) y, además, se cobran intereses. Como la operativa con contratos por diferencia es financiada, (el inversor sólo desembolsa unas garantías que difieren no sólo dependiendo de qué valor se elija, sino también del broker) cuando un ahorrador invierte a la baja obtiene una remuneración, que normalmente es el euribor a un año (IGMarkets utiliza el de a un mes) o el británico Libid.
Estos intereses (si se acierta con la operativa) influyen en la factura fiscal. Según explica Renta 4, las plusvalías obtenidas en la inversión con CFDs tributan igual que las de las acciones, y la remuneración de la financiación también. No ocurre lo mismo cuando el usuario tiene que pagar intereses si abre una operación alcista. "Las cantidades satisfechas en concepto de margen financiero constituyen, a efectos del IRPF, un gasto de financiación no computable para determinar la ganancia o pérdida patrimonial", explica la Dirección General de Tributos en unas declaraciones recogidas por el broker. Cuantas menos garantías exija un broker, más alto será el importe a financiar por el resto de la operación, pero mejor se aprovechará el efecto apalancamiento (el lograr elevadas rentabilidades con un importe de capital depositado bajo). No olvide que invertir a crédito tiene más riesgo.
Qué son y para quién están recomendados
1.- Los contratos por diferencias sobre acciones no tienen fecha de vencimiento, como sí ocurre con los productos derivados. Esto permite que los inversores puedan tener abiertas operaciones durante el plazo que deseen. No obstante, algunos expertos los desaconsejan para invertir a largo.
2.- En primer lugar, una de las grandes ventajas de los CFDs es que permiten a los inversores adoptar posturas bajistas. Es decir, invertir apostando por la caída de un valor. Además, son inversiones a crédito porque no se debe desembolsar todo el coste de la operación, sino sólo la garantía.
3.- La inversión en CFDs sobre acciones es arriesgada. Por una parte, con ella se expone la cartera a la bolsa. Por otra, el riesgo está en no controlar el capital expuesto. Las plataformas sólo exigen que se deposite como garantía un porcentaje del capital. Pero todo él está en riesgo.
4.- Igual que en la compra y venta de acciones, algunos brokers (lo mejor es preguntar sí dan esa posibilidad) permiten colocar 'stop loss'. IGMarkets, además, ofrece la posibilidad de contratar un stop loss garantizado (tiene coste) que le asegura deshacer la posición al precio deseado.