Telefónica, el mayor grupo de telecomunicaciones de España tiene un firme próposito: reducir su deuda. Según comunicó Ángel Vilá, director general de finanzas y desarrollo corporativo, en una conferencia organizada por Morgan Stanley, la prioridad máxima de la teleco es reducir su deuda hasta los 50.000 millones de euros al final de año, frente a los 52.000 millones de euros que espera el mercado.
De esta manera la compañía se acerca cada vez más a su objetivo de cumplir el compromiso de reducir el endeudamiento para que sólo suponga 2,35 veces el beneficio bruto (ebitda) al cierre de 2012. Algo que ya está prácticamente conseguido si se cumplen las previsiones de la compañía -se situaría en 2,37 veces-. Para esto es de esperar una desinversión por parte de la teleco que se podría confirmar en las próximas horas.
La reducción del endeudamiento forma parte de un agresivo plan estrátegico para conseguir reforzar el balance de la compañía. En este sentido, el director financiero aseguró que Telefónica todavía está estudiando si sacar a bolsa su negocio en Latinoamérica, aunque de momento no hay ninguna decisión tomada. Además, estudia otras posibles desinversiones, aunque por el momento descarta vender su participación en Telecom Italia.
César Alierta, presidente ejecutivo, está tratando de revertir el proceso de adquisiciones iniciado hace una década que disparó la deuda de la compañía. De momento, ha sacado a bolsa su filial alemana, desinvertido en China Unicom y vendido Atento.
Por otra parte, Ángel Vilá, aseguró que el dividendo prometido para el año que viene es "cien por cien seguro". La operadora suprimió el dividendo para este año hace casi cuatro meses, pero prometió pagar 75 céntimos por acción en dos tramos, uno en el cuarto trimestre del año que viene y otro en el segundo trimestre de 2014.
Un buen negocio
La compañía se ha tomado en serio el cumplimiento de sus objetivos. De hecho, el pasado 31 de octubre anunció una operación con la que reduciría su deuda: una oferta para los tenedores de preferentes por la que Telefónica adquiere este tipo de participaciones a cambio de un bono y acciones que el grupo atesora en autocartera.
El canje de preferentes supondrá un recorte adicional en la deuda de la empresa de 800 millones, ya que el 40% de los 2.000 millones emitidos en estos activos irá destinado a la compra de acciones de autocartera.
En concreto, cada participación por valor nominal de mil euros se canjeará por una obligación de 600 euros de nueva emisión y por acciones de Telefónica por valor de 400 euros.
Según detalló la compañía, el bono tiene un vencimiento a 10 años y un cupón anual del 4,25%.