Los resultados de las empresas sólo sorprenden vía beneficio por acción.
Tan sólo minutos después de que blue chips como DuPont, 3M (MMM.NY) o United Technologies (UTX.NY) atragantasen ayer a los inversores con una ronda de amargos resultados trimestrales, el economista de la Universidad de Yale Robert Shiller no se mostró sorprendido con la voraz reacción del mercado, que llegó a borrar más de 250 puntos del Dow Jones en un abrir y cerrar de ojos.
"Quizás utilizar la palabra burbuja es demasiado arriesgado, pero es cierto que el impulso que hemos visto en la renta variable durante el último año no es sostenible", dijo a este periódico desde el parqué de la New York Stock Exchange. Desde su punto de vista, y como muchos otros advierten desde hace un par de semanas, existe una total falta de sintonía entre los beneficios y las ventas registradas por las compañías que ya han pasado por la pasarela de resultados.
"¿Existe el riesgo de que podamos repetir de nuevo el mismo ciclo? Supongo que sí", dijo Shiller al mismo tiempo que matizó que la política empleada hasta ahora por Ben Bernanke y la Reserva Federal corre el riesgo "de distorsionar" las decisiones de muchas compañías y "podría ser económicamente ineficiente a la hora de tratar de empujar los precios al alza".
Desde luego, es difícil imaginar cómo compañías como General Electric, que suelen simular el comportamiento de la economía estadounidense, pueden mantener las expectativas con subidas en su beneficio del 8% cuando sus ingresos cayeron alrededor de un 2,8%.
"La corrección lleva rondando entre los mercados de renta variable desde hace tiempo, vivimos un ambiente muy duro a la hora de generar nuevos ingresos, por lo que no debemos sorprendernos ante la debilidad en ese frente", explica Peter Jankovskis, de OakBrook Investment. Para Stephen Guilfoyle, economista de Meridian Equity Partners, "los beneficios empresariales seguirán siendo un problema de aquí a final de año, con muchas empresas no sólo decepcionando con sus ingresos, sino también con sus beneficios por acción", advierte.
El desajuste
Como es evidente, el sentimiento de Wall Street se ha agriado en las últimas semanas, debido al gran número de compañías que ha dejado con la miel en los labios a sus inversores en lo que a ventas e ingresos se refiere. Seis de cada diez empresas que han publicado ya sus resultados han anunciado una cifra de ventas por debajo del listón que ponía el mercado. Según datos de Bloomberg, sólo un 40% de las ventas están por encima de lo esperado. La gran excepción está siendo la banca, que sí logra una mejora en sus márgenes de ganancias, sobre todo entidades como Morgan Stanley o Goldman.
El balance del primer arranque de la temporada es muy diferente si se mira el beneficio por acción (BPA), ya que casi un 70% de las compañías bate las previsiones de los analistas (ver gráfico).
No es el caso de la química DuPont, que registró ayer una colosal caída de sus ganancias por acción y anunció que eliminará 1.500 puestos de trabajo para compensar la caída en sus ventas. Las acciones de 3M también cayeron pese a un alza en el BPA del 6,7% en el tercer trimestre. Sin embargo, redujo su pronóstico para todo el año, ya que el aumento en los costes y el fortalecimiento del dólar afectan ya a sus márgenes de beneficio.
Incluso el sector tecnológico, que hasta ahora se ha convertido en el bastión para muchos, se ha quedado rezagado en el último mes. Tras los jarros de agua fría lanzados por Google o Microsoft es evidente que la ralentización económica mundial está haciendo mella en un área ligada directamente al consumo. En los últimos días el sector ha cedido más de un 5% frente al recorte de alrededor del 2% del S&P 500.