
Más allá del ruido producido por la temporada de resultados del tercer trimestre, dos acontecimientos recientes tendrán impacto pronto en el sentimiento de los inversores de Wall Street.
El primero es el flujo continuo de noticias mejores de lo esperado en el frente económico: la confianza del consumidor de la Conference Board, las encuestas ISM, las peticiones de subsidios de paro, el sentimiento de la Universidad de Michigan y, ayer, las ventas minoristas. Eso no significa que la economía de EEUU de repente se haya recuperado, sino más bien que las sorpresas económicas se han movido del lado bajista al lado alcista.
Históricamente, este giro siempre ha señalado un rebote de la actividad, seguido por una elevación de las previsiones de los economistas. Si resulta ser verdadero esta vez, el movimiento tendría lugar justo después de que el FMI haya revisado a la baja sus previsiones globales para 2013. Irónicamente, estas previsiones pueden haber marcado el punto más bajo de los temores a una ralentización global.
También merece la pena prestar atención al discreto cambio en el debate sobre el llamado abismo fiscal que puede cargarse el crecimiento en EEUU a principios de 2013. Hasta ahora, la mayoría de los comentarios y de los argumentos se han centrado en los efectos bajistas y se ha prestado poca atención a las posibilidades alcistas. Ahora, eso está cambiando y algunos estrategas clave están hablando abiertamente de posicionarse en el mercado post-abismo.
Obviamente, podemos estar sólo al principio del proceso, ya que cualquier actuación política significativa se retrasará hasta después de las elecciones. Pero ahora existe la creencia de que Washington puede aprovechar el período inmediatamente posterior a los comicios para encontrar un compromiso no tan negativo para la economía.
Hay que recordar que Wall Street lleva varias semanas consolidando en un movimiento lateral. Los inversores están totalmente centrados en los resultados del tercer trimestre para saber si Corporate America lo ha hecho mejor de lo esperado por los analistas. Es comprensible, pero debemos ser conscientes de que los vientos pronto pueden empezar a soplar desde direcciones inesperadas.
Si un giro de la economía coincide con una mejora del sentimiento sobre la política fiscal, el mercado tendrá una buena oportunidad para retomar el rally abierto en junio. Es prematuro apostar con fuerza por ello, pero las probabilidades están cambiando del lado bajista al alcista. Los inversores más agresivos lo deben tomar en cuenta.