Home Depot es, por ventas, la mayor cadena de menaje y enseres para la casa del mundo, con más de 2.200 tiendas en el planeta. Para la cartera de elMonitor, la firma estadounidense es también la clara estrella, ya que acumula una subida del 37% desde que abrimos la estrategia y un 90% en los últimos 12 meses. Es más, el valor sigue subiendo con fuerza en las dos últimas semanas, con un comportamiento un 5% superior al del S&P 500. Asimismo, Home Depot está entre los poquísimos valores en nuestra selección que cotiza por encima del precio objetivo del consenso de analistas. ¿Eso es suficiente para vender? No. O mejor dicho, aún no.
El grueso de la rentabilidad se explica por la recuperación brutal del mercado inmobiliario en Estados Unidos. Pero hay algo más. El crecimiento de las ventas de Home Depot (HD.NY) ha superado con facilidad las de sus competidores, que no consiguen seguir su ritmo. La empresa está mejorando su logística de distribución a la vez que minimiza los costes, lo que está elevando sus márgenes operativos, al tiempo que su management ha sido capaz de sorprender a Wall Street de forma recurrente. ¿Les suena? Aquí en España, Inditex es un valor con la misma capacidad para fascinar a los analistas.
Pero hay una salvedad. Home Depot cotiza ahora a cerca de 20 veces sus beneficios futuros, lo que es caro respecto a sus competidores y se sitúa en lo más alto de su propia banda de valoración de los últimos 10 años (ver gráfico). Es cierto que recientemente ha elevado sus previsiones de beneficios para 2012, lo que ha dado razones a los inversores más optimistas con el valor, que sostienen que Home Depot todavía tiene mucho margen para hacer crecer ventas y cashflow.
Pero ahora la empresa está condenada a cumplir. Si los beneficios del tercer trimestre son mejores de lo esperado, los analistas probablemente revisarán sus previsiones. El consenso de precio -que se sitúa actualmente en 59 dólares- podría elevarse fácilmente hasta 63-65 dólares y apoyar tanto el buen momento de la compañía como su valoración. Pero si los resultados defraudan, crecería el riesgo de que los inversores den la fiesta por terminada, dado que el valor cotiza por encima de su precio objetivo, y entonces tendría todas las papeletas para pasar a ser una venta. Las próximas semanas son cruciales.