
El peso de la deuda pública se está convirtiendo en una carga cada vez más insoportable para el Estado. En 2013, y según recogen los Presupuestos Generales presentados por el Gobierno, España dedicará 38.590 millones de euros al pago de intereses de la deuda, un 142,3% más que en 2007, el año en que comenzó la crisis. O lo que es lo mismo, el próximo año las arcas públicas verán salir 1.223,7 euros por segundo para pagar los intereses, frente a los 505 euros de hace cinco años.
La factura es tan alta, que casi 1 de cada 4 euros -el 22,7 por ciento- que gastará el Estado en 2013 tendrá como destino devolver los intereses. Y aún hay otro dato que evidencia el abultado peso que están alcanzando los compromisos financieros del Estado: esos cerca de 39.000 millones equivaldrán al 3,6% del Producto Interior Bruto (PIB), la mayor proporción desde 1998. Es decir, desde los tiempos de la peseta.
Estas cifras son herederas del creciente descontrol de las finanzas públicas en los cinco últimos años. España cerró 2007 con un superávit público -los ingresos superaban a los gastos- del 1,9% del PIB. En ese mismo momento, por cada 100 euros que generaba en un año la economía española, sólo había 36,3 euros en deuda pública. Este favorable escenario cambió a peor en 2008 y a mucho peor en 2009, un ejercicio que terminó con un déficit del 11,2% y una ratio deuda/PIB del 53,9%.
Aunque el déficit ha descendido a un ritmo moderado desde entonces, la presencia de la deuda no ha dejado de crecer. Terminó 2011 en el 68,5% y este año, según los últimos datos del Gobierno, se disparará hasta el 85,3%, volumen que en 2013 crecerá hasta el 90,5%.
Con estas cifras, fuentes del mercado reconocen que España ha dilapidado la ventajosa situación que tenía en 2007. Como, además, ese deterioro se ha traducido en un encarecimiento de los costes de financiación, sostienen que el Gobierno tiene muy difícil escapar del rescate. "El déficit apenas baja, la deuda sube, pagamos unos intereses muy altos... No vemos la forma de evitar la petición de ayuda a Europa", reconoce un experto en deuda soberana de una entidad española.
Más difícil todavía
A la espera de saber si el Ejecutivo pedirá o no el rescate, esta realidad obligará al Tesoro Público al más difícil todavía en 2013. Según refleja el Libro Amarillo de los Presupuestos, el año que viene pedirá al mercado 207.173 millones de euros, un 12,2% más que en 2012. Este incremento responde a que también crecerán los vencimientos; lo harán hasta los 159.153 millones, un volumen que supera en un 3,9% a las amortizaciones de este año.
Estas cifras conducirán a una financiación neta -emisiones brutas menos vencimientos- de 48.020 millones, que será un 36% superior a la de 2012. Este aumento provocará que la procedencia de las emisiones netas se reparta fundamentalmente entre la deuda a corto plazo -letras-, que proporcionarán el 41,4%, y la deuda a medio y largo plazo -bonos y obligaciones-, que aportarán el 51%-.
Este desglose supone una clara diferencia con respecto a 2012, puesto que las emisiones netas de este año procederán en su totalidad de la colocación de bonos y obligaciones. La creciente dificultad -en forma de mayores costes y menor cantidad- para subastar bonos y obligaciones provocará que el Tesoro tenga que adaptar su estrategia emisora para vincularla en mayor medida a la deuda a corto plazo.