Bolsa, mercados y cotizaciones

Los beneficios empresariales de Wall Street, en peligro

Los resultados del tercer trimestre pueden provocar una rebaja significativa de las previsiones de beneficio para el ejercicio de 2013.

Cuando las valoraciones suben y el crecimiento de los beneficios baja, el cóctel puede ser letal para los inversores. En 2010 y 2011, la Fed tuvo éxito al inflar el PER de Wall Street, que subió hasta el nivel mágico de 13 veces los beneficios previstos en el caso del S&P 500. En ambos casos los rallies fueron seguidos por correcciones significativas. En el techo del mercado en septiembre, el PER había vuelto de nuevo por encima de las 13 veces gracias a las expectativas generadas por el QE3 del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. Ahora está un poco por debajo porque el mercado ha empezado a corregir. ¿Qué queda por venir?

El peligro viene de la temporada de resultados que empezará el próximo 9 de octubre con Alcoa. Los analistas prevén una reducción de los beneficios del tercer trimestre, lo que significaría la primera lectura negativa en tres años.

Las empresas de todos los sectores han rebajado sus expectativas de ventas en los últimos meses y los márgenes empiezan a estar bajo presión. Esto puede provocar mayores problemas en bolsa aunque es probable que los niveles actuales ya descuenten buena parte de las malas noticias. Por tanto, Wall Street se moverá más según las propias expectativas de las empresas para los próximos meses -lo que llamamos guidance- y cómo encajan con los pronósticos de los analistas.

Los analistas esperan una caída de los beneficios del S&P500 ligeramente inferior al 3%, aunque creen que conseguirán rebotar un 10% en el cuatro trimestre y un 12% en 2013. Asumiendo que no haya sorpresas desagradables en las próximas semanas, es probable que los PER no ajusten su reciente subida. Los beneficios futuros deberían escalar gradualmente a unos 115 millones de dólares (frente a los 112 millones actuales), lo que proporcionaría al S&P 500 la gasolina suficiente como para subir hacia los 1.550-1.600 puntos (el viernes cerró en 1.440). Eso es lo que espera el consenso de analistas, aunque desgraciadamente, parece altamente sospechoso.

En primer lugar, porque una mirada a los datos históricos muestra que los resultados negativos suelen aparecer en grupos. Por lo tanto es poco probable que los beneficios apoyen a los precios en la recta final del año. En segundo lugar, porque un rebote tan temprano necesita un giro al alza de la economía real que todavía no se ve en los datos disponibles. China todavía sufre para rebotar y el malestar social en Europa está pesando en las perspectivas de crecimiento económicos. En EEUU, los inversores quieren ver qué pasa con la política fiscal en función del resultado de las elecciones.

En el mejor de los casos, estos tres obstáculos deberían mantener quietas las valoraciones y los precios durante un tiempo. En el peor de los casos, la combinación de desaceleración de ventas, contracción de márgenes y altas valoraciones, meterá a Wall Street en pérdidas en el próximo trimestre, o incluso más allá.

Lo primero significa una pausa en la recuperación de las bolsas para ajustar precios y PERs. Es todavía el escenario preferido de elMonitor. Lo segundo implica que los inversores pierden confianza en el activismo de los bancos centrales. Y eso sería una amenaza muy seria para las bolsas. En ambos casos recomendamos cautela a corto plazo en la apertura de posiciones.

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