
Tras superar con trabas la auditoría de Oliver Wyman, el sector se encuentra sin potencial alcista en un mes en el que España puede pedir el rescate y levantar el cierre de los 'cortos'.
¿Rescate a la vista? La banca española navegaba por aguas turbulentas cuando la apelación del Estado al dinero comunitario para rescatar al sector hizo amainar los grandes bandazos que daba en los mercados.
La bolsa española recuperó el rumbo y acumula, pese a la corrección de esta semana, subidas del 30 por ciento desde mínimos anuales gracias al buen comportamiento de unos bancos que ven como mientras se agota su potencial alcista sus recomendaciones continúan deteriorándose.
La apuesta de los inversores por el sector bancario en los últimos dos meses hace que las entidades del Ibex 35 y Banesto se anoten una subida del 47 por ciento en un rebote que los expertos no parecen dispuestos a prolongar.
A la espera de que los bancos españoles con problemas desvelen su hoja de ruta para captar los 59.300 millones de euros que precisa el sector según el informe de Oliver Wyman, el consenso de mercado considera que las acciones bancarias están sobrevaloradas y que les espera un octubre rojo a tenor de un calendario plagado de citas comprometidas.
"La entrada en valores bancarios (ya sean grandes o pequeños) no es recomendable en estos momentos puesto que se encuentran sobrecomprados y es muy probable una recogida de beneficios, aunque si finalmente se formaliza el rescate de España [Rajoy trata de resistirse hasta las elecciones gallegas] la gran beneficiada es la banca española al poseer un tercio de toda la deuda emitida por el Estado", explica José Luis García, analista de Dif Broker.
La corrección que se espera explica que ni las ayudas europeas al sector, ni el anuncio de compras ilimitadas de deuda por parte del BCE para los países que previamente pidan el rescate ni la aprobación del QE3 en EEUU hayan venido acompañadas de mejoras de valoración suficientes como para que la banca de nuestro país tenga ahora recorrido en el parqué (ver gráfico).
Un sector sobrevalorado en bolsa...
Bankia, Sabadell y Bankinter son las entidades españolas que cotizan más por encima de sus precios objetivos. El precio de la acción de la entidad presidida por Ignacio Goirigolzarri se encuentra un 233 por ciento alejado de los 0,39 euros que estiman los expertos como precio ideal.
Y es que Bankia, pese a tener la recomendación de venta más clara del sector, es el banco que mejor ha aprovechado en bolsa el rebote desde mínimos: sus títulos casi han doblado su valor desde entonces celebrando la inyección de dinero recibida desde Europa.
Sabadell y Bankinter son otros ejemplos claros de la sobrecompra. La acción del banco presidido por Josep Oliu está, según el consenso de mercado de FactSet, un 40 por ciento sobrevalorada en el parqué al cotizar a unos 2 euros y situar los expertos su precio objetivo en los 1,5. Un caso similar es el de Bankinter, cuyos títulos cotizan a 3,38 euros y los analistas los valoran a 2,85 euros.
...con muchas dudas con Popular...
El caso del resto de los valores bancarios del Ibex 35 - el Santander, CaixaBank, BBVA y Popular- es algo diferente, porque menos el primero todos cotizan por encima de su valoración, pero los precios de sus acciones exceden sólo entre un 4,5 y un 0,7 por ciento respecto a su precio objetivo (ver gráfico).
Precisamente, la última de estas entidades es la que generaba más duras: Popular sonaba cada vez más como uno de los posibles candidatos a situarse en el grupo de bancos del Memorando de Entendimiento que requerirán ayudas públicas después de que Fitch le rebajara la semana pasada la calificación a bono basura (desde BBB- a BB+) por la "creciente inquietud" sobre su rentabilidad y posición de capital.
Hasta más de 2.100 millones de euros se rumoreaba que podía necesitar -finalmente el informe de auditoría apunta que precisa 3.223 millones-, lo que podría obligar al banco a hacer algo más que vender activos, como por ejemplo alguna ampliación de capital con su correspondiente dilución al accionista o, en una opción más rocambolesca, una fusión con CaixaBank como se ha rumoreado, aunque supondría la claudicación por parte del Popular.
"Parece más probable que Popular recurra a una ampliación de capital de unos 1.500 millones de euros que a la ayuda pública, aunque si los inversores institucionales reciben el plan de forma desfavorable podrían acabar solicitando esta ayuda comunitaria, que de momento en nuestra opinión vemos lejana", apunta Juan Pedro Zamora, analista de XTB.
Sin embargo, desde Popular sentenciaron que "la política del banco ha sido siempre la de no solicitar ayudas públicas y sí generar los recursos necesarios a través de la retención de beneficios y la aportación de capital de sus accionistas. Dicha política se mantiene sin cambios, descartándose recurrir a inyecciones de capital público en ningún caso.". Desde Tressis no descartan una nueva ronda de fusiones y adquisiciones y recuerdan que Popular estaba en conversaciones para una posible integración con Banco Mare Nostrum.
...y con una recomendación de venta
Las trabas para recapitalizar la banca española y las incertidumbres sobre las condiciones del banco malo son algunos de los principales handicap que impiden que afloren mejoras de recomendaciones en el sector. Esta misma semana han sido tres países AAA -Alemania, Filandia y Holanda- los que han vuelto a alterar los planes de Europa al rechazar conjuntamente la recapitalización bancaria de modo directo a través del MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) por considerar que el fondo sólo debería asumir las pérdidas a partir de su entrada en funcionamiento.
Los numerosos interrogantes y la sobrecompra hace que la banca no sea uno de los sectores preferidos por los expertos.
"Creemos que es un sector muy presionado y preferiríamos entrar en otros con más visibilidad, aunque en caso de entrar lo haríamos en el Santander", dice Victoria Torre, de SelfBank. Y es que sólo este banco evita en estos momentos la recomendación de venta -es mantener para el consenso de mercado-, aunque cada vez son más los expertos que aconsejan deshacer posiciones ante las numerosas incertumbres.
Además de la recapitalización de la banca y del lastre que supone en los resultados las importantes dotaciones que tienen que realizar para cubrir el riesgo del ladrillo -las previsiones de beneficio para este año (sin Bankia) se reducen en 5.000 millones desde la aprobación en mayo de la segunda reforma financiera del PP- la entidad presidida por Emilio Botín se enfrenta ahora a varios retos.
Por un lado, Santander ha sido examinado con lupa esta semana tras sacar a bolsa su filial mexicana. Por otro lado, tiene todavía pendientes por canjear un 38 por ciento de las convertibles emitidas por el Santander en 2007 (el jueves se transformarán en acciones con una ampliación de capital) y se enfrenta, como el resto del sector, al fin del veto sobre las posiciones cortas.
Una prohibición que Elvira Rodríguez, presidenta de la CNMV, dijo ayer mismo a Vocento no tener claro si convendría o no levantar el veto.
"El informe de la auditora quitará incertidumbres en los mercados y si los resultados de la misma no se desvían de las cifras que se llevan comentando desde hace tiempo, cuando el 23 de octubre se elimine el veto no tendríamos por qué ver grandes sustos. Sin embargo, hay otros catalizadores que no debemos olvidar y es la creación del banco malo, los precios de transferencia de los activos y las provisiones adicionales que podría suponer a partir de 2013", explica Virginia Pérez Palomino, de Tressis.