
España comprobó ayer, en la última subasta de deuda pública del trimestre, que la anestesia proporcionada por el Banco Central Europeo (BCE) no es omnipotente ni eterna. Una demanda más floja que la de anteriores emisiones forzó que el Tesoro Público terminara pagando unos intereses superiores a los de agosto para vender letras a 3 y 6 meses. Se rompió así la inercia positiva de la que venía disfrutando desde comienzos del mes pasado, un intervalo en el que cada colocación se había saldado con unos costes de financiación inferiores a los del último precedente.
Pero esta vez no ocurrió así. Flaquearon las peticiones de los inversores y engordó la rentabilidad, un cóctel que, en caso de mantenerse, complicará sobremanera la labor del Tesoro en un último trimestre que promete emociones fuertes. Hasta la fecha, ha captado en total 136.750 millones de euros en los nueve primeros meses del año mediante la adjudicación de letras, bonos y obligaciones, es decir, el 74,1% de la cantidad prevista para todo 2012.
Entre octubre y diciembre, aún debe captar 47.850 millones para cubrir la meta definida a comienzos del ejercicio por la Secretaría General del Tesoro y Política Financiera, que asciende a 184.600 millones de euros. O lo que es lo mismo, con el 25% de tiempo por delante -3 meses-, debe conseguir el 25,9% del objetivo anual.
Por encima de la media
Teniendo en cuenta que el Tesoro suele realizar cuatro subastas al mes -dos de deuda a corto plazo y otras dos de deuda a medio y largo plazo-, este año aún saldrá 12 veces al mercado en busca de financiación.
Salvo que, además de esas emisiones habituales, lleve a cabo algún tipo de colocación sindicada -operaciones con inversores privados, no con procedimiento de subasta pública-, en cada una de esas operaciones deberá captar una media de 3.990 millones para alcanzar los 47.850 millones que le quedan para alcanzar su objetivo. O lo que es lo mismo, deberá mantener un elevado ritmo emisor y superar la media que se ha registrado hasta ahora, que se limita a 3.690 millones.
De hecho, sólo en enero, febrero y septiembre ha firmado un promedio mayor a esos 3.990 millones, mientras que las medias de marzo, abril, mayo, junio, julio y agosto fueron inferiores -ver gráfico-.
En este sentido, el ritmo emisor del Tesoro ha estado condicionado por la situación del mercado. En enero y febrero, que han sido los meses más activos, la prima de riesgo de España -la diferencia entre el rendimiento de los bonos españoles y alemanes a 10 años- osciló entre los 300 y los 385 puntos básicos, con una media de 333.
Luego, su continua ascensión, que a finales de julio disparó ese diferencial hasta los 650 puntos, frenó la velocidad del Tesoro. Hasta que en septiembre ha podido acelerar de nuevo la marcha gracias al BCE y su disposición de realizar compras ilimitadas de deuda pública de aquellos países que antes, eso sí, pidan el rescate a Europa. La mano tendida por la entidad presidida por Mario Draghi ha permitido que, por el momento, la prima haya bajado en septiembre casi un 25%, hasta los 419 puntos básicos, un respiro que ha sido aprovechado por el órgano encargado de emitir la deuda pública española.
A su favor, el Tesoro tendrá que el mayor desfase corresponde a las letras, es decir, la deuda a corto plazo, que suele resultar más fácil de colocar. Hasta la fecha, ha captado 65.190 millones de euros en letras a 3, 6, 12 y 18 meses, un 66% de los 98.800 millones previstos para todo el año. Por el contrario, en deuda a medio y largo plazo sólo queda pendiente el 16,6%, después de que haya logrado ya 71.560 de los 85.800 millones establecidos para el conjunto de 2012.
Cuadrar números
Como recuerdan fuentes del mercado, cumplir las previsiones de financiación previstas para todo el año resulta fundamental porque esas cifras están vinculadas a los vencimientos de deuda que, periódicamente, debe afrontar el Tesoro. Vamos, que ese dinero es preciso para afrontar el pago de la deuda emitida en el pasado. En los tres últimos meses de 2012, los vencimientos totales se elevan a 42.519,1 millones de euros, de los que casi 30.000 millones tendrán lugar en octubre. En cuanto a las necesidades para el próximo ejercicio, por ahora los vencimientos para 2013 se aproximan a los 100.000 millones de euros.
La sombra del pago de la deuda influyó sin duda en el resultado de la subasta de ayer, que dejó síntomas preocupantes dado que en el último trimestre se emitirán más letras que bonos y obligaciones. Con el objetivo, precisamente, de no cargar más los vencimientos de 2012, el Tesoro volcó la operación en las letras a 6 meses. En concreto, emitió 2.583,6 millones, la cifra más alta desde 2011. Como consecuencia, y pese a que la demanda subió de los 4.191,1 millones de agosto hasta los 4.738,7 millones, la ratio de cobertura -número de veces que la demanda supera la oferta- cayó de las 2,17 a las 1,83 veces, la más baja de los últimos años. Al apurar la demanda, el rendimiento medio creció hasta el 2,21%, frente al 2,02% de agosto.
En cuanto a las letras a 3 meses, se emitieron con un rendimiento del 1,20%, cuando un mes antes lo habían hecho al 0,94%. Entre ambos títulos, el Tesoro captó ayer 3.983 millones, muy cerca del objetivo máximo, fijado en los 4.000 millones de euros.