
Mucho se ha hablado del controvertido proyecto del magnate del juego Sheldon Adelson en España, Eurovegas. Valores como Metrovacesa o Codere se han revalorizado un 80 por ciento y un 22 por ciento sin criterios objetivos. Quien sí tiene una recomendación más positiva de los bancos de inversión es la empresa cotizada de Sheldon Adelson.
Cómo deseo que hubiera más de 24 horas al día, porque incluso aunque hubiera 40 más no dormiría ni un minuto. Oh, hay black jack y poker y ruleta, una fortuna ganada y perdida en cada jugada. Lo único que necesitas es un corazón fuerte y nervios de acero, ¡Viva Las Vegas! Lo cantaba en 1964 Elvis Presley en la película Viva Las Vegas. Y después de que Las Vegas Sands confirmase el fin de semana pasado que construirá su macroproyecto de ocio, juego y negocios en la Comunidad de Madrid, es posible que más pronto de lo que pensamos esta vieja canción vuelva a sonar con fuerza en territorio español.
De momento, varias empresas parecen haber tenido un golpe de suerte. Entre ellas destaca Metrovacesa: aunque sus directivos hayan desmentido su implicación en el proyecto, el hecho de que la inmobiliaria posea terrenos en la Ciudad Norte de Alcorcón -sitio que la "intuición" de Esperanza Aguirre señala como nueva ciudad de neón- ha contribuido a que avanzase un 80 por ciento entre los días 6 y 13 de septiembre. La cercanía de una de sus fábricas a esta localidad madrileña ha servido, por otra parte, para darle un respiro del 16 por ciento a Cementos Portland, pese a que dichas instalaciones no podrían por sí mismas abastecer el macroproyecto, dado lo reducido de su capacidad.
Al rebufo de Metrovacesa se han disparado valores del sector como Quabit o Colonial, aunque en estos casos las razones se esconden en una nebulosa financiera. Codere también se ha anotado cerca de un 22 por ciento (ver gráfico) por su aparente implicación, pero desde la propia compañía no sólo han desmentido este punto, sino que han defendido en declaraciones a este periódico que su modelo de negocio no tiene nada que ver con la ciudad que quiere construir el magnate Sheldon Adelson, puesto que se centran más en máquinas recreativas y, sobre todo, en apuestas online. El fabricante de maquinaria de vending Azkoyen ha amasado subidas del 12,3 por ciento; es el tercer valor más alcista del IGBM en 2012, con una rentabilidad del 57,5 por ciento.
Las apuestas, sólo en la matriz
Se puede aseverar que las alzas en el mercado español se pueden atribuir más a especulación, intuición, o la famosa racha del jugador antes que a datos tangibles. Pero dejando a un lado las consideraciones éticas, y puestos a hacer juego, la única blue chip (la ficha azul es la que más valor tiene) a la que se debe apostar es precisamente a Las Vegas Sands, la empresa promotora de la idea, de la que Adelson controla el 52,4 por ciento. Le respaldan una recomendación de compra por parte del consenso de mercado y una evolución positiva en bolsa, donde avanza más del 10 por ciento en 2012. La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's mejoró el pasado abril su rating hasta BB+; Moody's le asigna un rating de Ba2.
Un breve repaso a la historia de Las Vegas Sands: el imperio de Adelson fue construido a partir de la adquisición del hotel Sands, en serios apuros, en 1989. Se apoyó inicialmente en la fortuna hecha por Adelson a través de la empresa informática Comdex, fundada en los primeros setenta y vendida en 1995 para centrarse en el negocio de hoteles y casinos. El auténtico golpe de mando llegó en 1999, cuando se terminó la construcción de The Venetian, uno de los complejos de lujo más impresionantes de Las Vegas. Adelson cambia la forma de entender el negocio al darle más importancia al lujo que al juego y al empezar a usar sus hoteles como lugares para realizar convenciones y negocios más allá de las apuestas en casinos, y el resto ya es historia. Hoy, Las Vegas Sands -cotizando desde 2004 en la Bolsa de Nueva York, donde capitaliza 37.344 millones de dólares- posee el mayor resort de lujo del mundo y cuenta con sedes en Macao (China) y Singapur.
Lo peor ya ha pasado
La parte más interesante de la historia empieza con la quiebra de Lehman Brothers. El 2008 asestó un golpe durísimo para la compañía, que cayó un 94,25 por ciento, hasta 5,93 dólares. Aunque en 2009 consiguió revalorizarse casi un 152 por ciento, la empresa acumuló pérdidas de unos 730 millones de dólares en los dos ejercicios. Como señalan desde la web del grupo, "llegó un punto en que la compañía estaba perdiendo 1.000 dólares por segundo". En esos tiempos, la relación entre la deuda neta y el ebitda (beneficio operativo) de la compañía se disparó hasta rozar las once veces.
Después, la decisión de seguir consolidando su posición en Macao con nuevos proyectos, junto a la construcción del centro Marina Bay Sands en Singapur, se ha revelado a la larga como una bendición, pues el consumo emergente ha contribuido desde el ejercicio de 2010 a apuntalar de forma sólida el crecimiento de Las Vegas Sands: sus ganancias para 2010 y 2011 se incrementaron en ambos casos más de un 200 por ciento, y la previsión de la media de bancos de inversión para 2012 es que aumente otro 43 por ciento, hasta 1.815 millones de dólares. Las estimaciones hasta 2014 apuntan a crecimientos de doble dígito, hasta alcanzar la cifra de 2.563 millones de euros. Paralelamente, los niveles de deuda se han relajado, de tal forma que el deuda ebitda para este ejercicio se sitúa en las 1,4 veces y caerá por debajo de uno en los próximos años. Un dato que se puede traducir en una mejora en el dividendo de la empresa, que este año empezó a entregar 0,25 dólares al trimestre.
Así, la realidad que reflejan los fundamentales es que se trata de un negocio pujante y con mucha fortaleza. Sin ir más lejos, durante el primer trimestre de 2012 su ebitda ha alcanzado los 1.070 millones de dólares, cifra récord no sólo para la empresa, sino para el sector.