Un dólar débil y la especulación de que la Reserva Federal conceda más estímulos impulsan a las materias primas
Llegamos al final del mes vacacional por excelencia en el hemisferio norte, y es que los días de agosto son los más calientes del año -no los más largos-. Y si de temperatura hablamos, en la economía hemos ido de frío a caliente y de regreso más de una vez en el mes, pues la especulación ha sido la gran protagonista en los mercados de divisas y materias primas.
Si tuviéramos que seleccionar un 'trending topic' -al estilo Twitter- para definir estos 31 días, tendríamos que hablar de QE3. En sí mismas, las siglas significan Quantitative Easing y el tres implica que sería la tercera ronda de incentivos económicos -compra masiva de bonos- que podría poner en marcha la Reserva Federal norteamericana. Unos dicen que llegará pronto, y otros se lo toman con más calma. Lo que es cierto es que cada vez que vuelve a estar en boca de gente -medianamente importante- los mercados reafirman lo sensibles que pueden ser a una decisión de ese calibre.
En las divisas el dólar ha sufrido principalmente bajo esta expectativa, y es que cada vez que la noticia regresa al mercado la moneda de Washington se debilita. Y es lógico, un incentivo implicaría tener más billetes en el mercado, depreciando la moneda. Mientras los inversores especulan con ello, y la solución al problema de deuda en Europa empieza a tomar forma, el euro recupera credibilidad y aunque llegó a rozar los 1,26 dólares, termina el mes ganando un 1,6% hasta alcanzar los 1,25 dólares. Algo que no hacía desde principios del mes de julio.
Otra consecuencia la encontramos en las materias primas, y es que la mayoría cotiza en la divisa americana, por lo que una depreciación de la misma abarata costes. Es por ello que el oro y la plata se ven beneficiados, pues mientras el miedo obliga a los inversores a cambiar sus billetes verdes a otros activos que sean más estables, los metales preciosos se postulan como el valor refugio por excelencia.
Por otro lado, los estímulos económicos tienen un efecto inmediato sobre las materias primas más relacionadas con las expectativas de crecimiento. ¿Y qué puede estar más relacionado a la producción que el petróleo? Sin embargo, el crudo tiene otro motivo para mantener las escaladas que registra desde el 28 de junio -cuando tocó mínimos anuales-. Y es que desde el mes pasado se han hecho efectivas las sanciones económicas a Irán, calentando el clima geopolítico en Medio Oriente. Así, el crudo se revaloriza más del cinco por ciento en el agosto.
Y es esta tensión y especulación que dan el toque efervescente, pues si realmente se estuviera produciendo más, los metales industriales verían aumentada su demanda y con ello su precio. Sin embargo, el cobre, el aluminio y el zinc registran un claro movimiento lateral con ligeras ganancias.
Septiembre trae consigo la esperanza de que las previsiones de crecimiento mejoren. En 2010 se puso en marcha el QE2, generando un rally de seis meses en el mercado de materias primas.