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El 'QE3' gana apoyo en el seno de la Reserva Federal

Ben Bernanke y los miembros del Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal (FMOC) tienen el revolver cargado y están dispuestos a disparar "muy pronto". Al menos ese fue el mensaje implícito tras la publicación ayer de las actas correspondientes a la reunión del pasado 31 de Julio.

En el encuentro, el halcón Jeffrey M. Lacker, capitán de la Fed regional de Richmond, fue el único que optó por votar en contra de una nueva remesa de relajación cuantitativa si la economía estadounidense no recupera pronto su velocidad de crucero.

Aunque la reunión tuvo lugar justo antes del soplo de aire fresco brindado por algunos datos macro positivos, como por ejemplo la creación de empleo registrada el pasado julio, los miembros de FMOC se mostraron decepcionados con la evolución de la actividad económica a este lado del Atlántico.

"Muchos miembros aseguraron que nuevas medidas adicionales de acomodación monetaria estarían justificadas muy pronto a menos que los datos económicos señalen un fortalecimiento sustancial y sostenible en el ritmo de la recuperación económica del país", señalaron las actas.

Una vez más, los once miembros del Comité que votaron a favor de esta decisión enumeraron los distintos retos que enfrenta la locomotora estadounidense y que podrían hacer descarrilar la recuperación económica. A los miedos provenientes de la crisis de deuda soberana en Europa, los miembros de la Fed añadieron los posibles recortes automáticos en el presupuesto y las subidas de impuestos que podrían entrar en vigor a finales de este año, un hecho conocido como el acantilado fiscal.

Precisamente ayer, la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) se sumó al Fondo Monetario Internacional al afirmar que un ajuste fiscal brusco podría tener consecuencias nefastas para la actividad económica del país, que podría volver a sufrir una nueva recesión.

Giro al alza en Wall Street

Los índices americanos empezaron la sesión con pérdidas a la espera de la publicación de las actas de la Fed. Pero el nerviosismo pronto dejó paso a la esperanza. Los inversores fueron dejando a un lado las ventas iniciales alentados por la posible llegada de un nuevo plan de estímulo a la economía americana, después de que se hiciera público en las actas que esta opción cobra fuerza entre los miembros de la Fed.

Pocos minutos después, las compras fueron invadiendo Wall Street. Salvo en el Dow Jones, que fue el único que cerró en negativo, aunque aminoró las pérdidas iniciales hasta los 13.172 puntos, al ceder un 0,23 por ciento. El S&P 500, sin embargo, se quedó tan sólo a 6 puntos de sus máximos anuales, tras subir un 0,02 por ciento, hasta los 1.413 puntos. El Nasdaq, por su parte, también se benefició de las compras, con una subida del 0,40 por ciento, hasta los 2783 puntos.

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