
Objetivo conseguido. La calma que habita desde hace días en el mercado de deuda, que descuenta que la economía española será sometida a un rescate blando en septiembre, benefició a la resolución de la subasta celebrada por el Tesoro Público.
El objetivo era captar un máximo de 4.000 millones en letras a 12 y 18 meses -más que en la anterior subasta-, y consiguió en total 4.515 millones. Más de lo previsto. Y lo hizo a los menores intereses de los tres últimos meses, un 3,07 por ciento en las letras a 12 meses y un 3,33 por ciento en los títulos a 18 meses; es decir, tan sólo medio punto más de lo que ofrecen ahora los depósitos.
Era lo esperado. La caída en la rentabilidad del bono a diez años, que ayer cerró en el 6,21%, refleja la menor percepción de riesgo entre unos inversores que prevén una mayor estabilidad en el mercado de deuda, después de que se descuente el rescate de España. Requisito indispensable para que el Banco Central Europeo (BCE) compre bonos en el mercado secundario de los países que requieren ayuda.
El buen resultado de la subasta también propició que la prima de riesgo, que mide la diferencia entre la rentabilidad de nuestros bonos y los alemanes a diez años, continuase a la baja por séptimo día consecutivo. El diferencial descendió 11 puntos básicos, hasta los 465 puntos, su nivel más bajo desde el 22 de mayo, cuando marcó 460 puntos. Nada que ver con el escenario en el que se resolvió la anterior subasta de estos títulos.
Fue el 17 de julio, y fue la primera tras las medidas del Gobierno para ahorrar 65.000 millones de euros en dos años con el objetivo de corregir los desequilibrios de la economía española. Por entonces, la incertidumbre sobre el futuro de España propició que el Tesoro tuviera que pagar intereses del 3,91% a 12 meses y un 4,24 por ciento a 18 meses, los segundos más altos del año. Sólo una semana después, la presión sobre la deuda española llegó a su punto más alto, con la rentabilidad del bono a diez años en el 7,24%.
La mejora observada en el mercado de deuda también ha influido en la demanda, que se ha mantenido. Aunque en la referencia a un año no ha crecido, el ratio de cobertura ha pasado de las 2,23 veces de julio a las 1,91 veces. Por su parte, las letras a 18 meses sí se se anotaron un repunte en la demanda, que subió a 3,98 veces desde las 3,66 de hace un mes.
Además, sin contar la emisión de ayer, el Tesoro ha colocado ya el 72,2% (62.016 millones de euros) de lo previsto para todo el ejercicio. Si la menor presión sobre la deuda española continúa, "el Tesoro cubrirá este año sus objetivos de emisión sin dificultad ya que, con la renovación de los vencimientos tiene cubierto el 70% del importe a emitir", señalan los analistas de Banco Madrid. "Por contra, si los mercados no confían en las medidas marcadas, volverán las tensiones, tanto en niveles de prima de riesgo como de rentabilidad absoluta", sentencian.
Los depósitos se acercan
Por el momento, otra de las lecturas que arroja la última subasta es que la rentabilidad de la deuda pública a corto plazo respecto a los depósitos -sus principales competidores- se estrecha.
Sólo existe ya medio punto de diferencia entre ambos productos. A un semestre de terminar el año y ante las necesidades de liquidez de la banca, la estrategia del sector pasa por elevar la retribución que otorgan sus imposiciones a plazo fijo. Tanto, que ahora la rentabilidad media de los depósitos a un año se sitúa en el 2,66%.
No siempre ha sido así. La brecha máxima entre el interés de ambos productos se produjo en junio, cuando los depósitos ofrecían de media un 2,4 por ciento y las letras un 5 por ciento. Nada menos que dos puntos de diferencia.