Cuando las emociones imperan sobre lo que dicta la lógica la frontera entre el mundo al revés y el mundo real se vuelve muy difusa. Un ejemplo de ello se observó ayer en el mercado secundario de renta fija cuando el interés del bono germano a tres años, debido al miedo de los inversores, sufrió un descenso que provocó que por primera vez en su historia pasara a negativo, en concreto un -0,016%.
Los cuatro magníficos
Dicho de otra forma, una vez vencidos esos títulos es como si los deudores hubieran cobrado a los acreedores a cambio de que estos últimos compren su deuda y no al revés, como viene a ser lo común. Este caso lejos de resultar insólito no es ni mucho menos el único dentro del Viejo Continente. Tanto Suiza, Dinamarca y Holanda acompañan a Alemania en el club de países que se pueden dar el lujo de que los inversores les paguen por su deuda en algunos tramos, un grupo de países que hasta hace poco incorporaba también a Austria y Finlandia.
Sin ir más lejos, la deuda de los Países Bajos da una rentabilidad del -0,01% por sus emisiones a dos años en el mercado secundario. Dinamarca por su papel a uno, dos y tres años afronta unos intereses negativos del -0,33, el -0,32, y el -0,15% respectivamente. Suiza va más lejos y tiene hasta cuatro referencias en rendimientos negativos, se trata de sus bonos a dos, tres, cuatro y cinco años los cuales ayer cerraron a un interés del -0,40, el -0,25, el -0,14 y el -0,004%, en cada caso. La propia Alemania además del recién incorporado bono a tres años al club de la deuda con rentabilidad negativa se suma el dos años que ofrece un -0,06% (ver gráfico).
Pero ni mucho menos los rendimientos negativos se dan sólo en el mercado secundario, en donde cotiza la deuda una vez ha sido emitido. El mercado primario, en donde los Estados obtienen su financiación, desde el estallido de la crisis de deuda ha vivido varios episodios de países que han hecho subastas sin tener que afrontar ningún coste de financiación e incluso cobrando por su deuda. El pasado día 9 Francia captó 5.910 millones de euros en letras a 3 y seis meses por las que cobró a sus compradores un interés del 0,005 y el 0,006%, respectivamente. De esta forma, el país galo se une a EEUU, Holanda, Alemania, Suiza y Dinamarca entre los países que lograron emitir deuda y que los inversores les paguen intereses por ello.
El dinero a la 'caja fuerte'
El motivo en el que se sustenta este aparente despropósito en el que los acreedores y no los deudores paguen por la deuda reside en el pánico que impera en el mercado. "Los inversores ante la incertidumbre recurren a los bonos de algunos países que actúan como refugios de la misma forma que alguien puede pedir que su dinero quede protegido en la caja fuerte de un banco", señala Juan Ignacio Crespo, analista financiero. "Se opta por tener el dinero invertido en deuda y pagar a cambio de que se custodie, porque la opción de mantener el dinero en forma de liquidez en un banco lo perciben como más arriesgada por la incertidumbre en el sector financiero europeo", añade el experto.
Sobre esta misma cuestión también habla José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citi en España. "Ante las fuertes incertidumbres que hay sobre el euro en la que los inversores contemplan incluso una posible ruptura de la eurozona, los inversores toman posiciones en aquellos activos que en el peor de los escenarios les garantice que podrán recuperar el dinero invertido, aún a costa de tener que afrontar un coste por ello", indica.