Hace quince días, Celgene sufría una fuerte caída en el parqué tras anunciarse la retirada de su solicitud para prolongar la vida de su medicamento estrella empleado en el tratamiento del mieloma múltiple en el mercado europeo. La preocupación creciente entre las autoridades sanitarias del Viejo Continente ante los posibles efectos secundarios negativos del medicamento bautizado como Revlimid empujaron a la compañía a retirar su petición hasta "conseguir datos más maduros" sobre los beneficios para la salud del producto.
Sin embargo, pese a que el golpe recibido por la compañía fue muy duro, los analistas no han perdido la fe en el valor y siguen recomendando sólidamente la compra sus títulos.
Uno de los hechos que demuestra el apoyo de los expertos en la compañía es que pese a que las previsiones de la compañía apuntaban a que las ventas del medicamento generarían un 52% de los beneficios previstos para la compañía en el ejercicio, las estimaciones de los expertos sobre las ganancias de la compañía a final de año no se han visto apenas reducidas.
De hecho, desde enero los analistas han elevado sus estimaciones de beneficio neto para el ejercicio de 2012 en un 12%, hasta superar los 1.660 millones de euros, y para el siguiente ejercicio las previsiones de ganancias de la empresa farmacéutica también se han visto incrementadas en casi un 3% desde enero.
Además, el precio objetivo que le otorga la media de firmas de inversión a la compañía se ha visto resentido, aunque su caída ha sido menor a la registrada por sus títulos en bolsa. De hecho, el precio objetivo que los expertos establecen para la compañía en la actualidad es superior al registrado a comienzo del ejercicio, algo que favorece que el potencial alcista de la farmacéutica se mantenga en las cercanías del 2%.
Por otro lado la recomendación que recibe por parte de la media de firmas de inversión es ahora más sólida que cuando se conoció que la farmacéutica retiraba la solicitud para prolongar la vida de su medicamento estrella, un hecho cuanto menos curioso teniendo en cuenta el peso que el Revlimid tenía en el beneficio de la compañía.