Bolsa, mercados y cotizaciones

"Latinoamérica sufrirá si el mundo lo hace: no es inmune a los problemas"

Joydeep Mukherji y Roberto Sifón-Arévalo, de S&P, avisan del impacto de la crisis europea en la región

El 2 de julio de 1997, una noticia sacudió el Sudeste de Asia. Tailandia devaluó su moneda, el baht, un 19,5%. Así, de un plumazo, el dólar pasó de comprar 24,4 bahts a comprar 29,15. Fue el pistoletazo de salida de la crisis financiera asiática, un episodio que hizo saltar por los aires la aureola de éxito económico que había rodeado a los denominados tigres asiáticos en los años precedentes. De forma inmediata, los problemas contagiaron a Malasia, Corea del Sur, Filipinas e Indonesia. Pero con el paso de los meses la onda expansiva amplió su perímetro. Llegó a Latinoamérica y alcanzó con crudeza a Rusia, que durante el verano de 1998 sufrió un colapso total que desembocó en una fuerte devaluación del rublo y en el impago de su deuda.

Hoy, justo 15 años después de aquella histórica devaluación en Tailandia, la situación de los mercados emergentes es muy distinta. Así lo corroboran Joydeep Mukherji y Roberto Sifón-Arévalo, directores de análisis de rating soberanos en Latinoamérica de la agencia Standard & Poor's (S&P), quienes coinciden en subrayar que aquel episodio fue muy ilustrativo para estos países. "Detectaron sus debilidades y extrajeron conclusiones. Ese aprendizaje les llevó a introducir y fomentar cambios, como fortalecer sus reservas, instaurar tipos de cambio más flexibles, fomentar mercados de deuda locales...", destaca Roberto Sifón-Arévalo.

¿Son extrapolables esas lecciones a la crisis que está sufriendo la eurozona? Sifón-Arévalo se apresura a decir que no. "La zona euro tiene ahora otros problemas. No creo que sean episodios o realidades comparables, por lo que no creo que las curas puedan ser similares".

"Mucho trabajo por delante"

De hecho, le dan la vuelta a esta posibilidad y subrayan que la crisis que están sufriendo las principales potencias sirve de aviso para los países emergentes. "Están aprendiendo una valiosa lección de la crisis que están sufriendo las principales potencias. Se están dando cuenta de todo el trabajo que aún les queda por delante, de lo mucho que queda por hacer en sus países. Cuando ven lo que está pasando en las principales potencias, aprenden, extraen lecciones y asumen que les puede pasar a ellos", comenta Roberto Sifón-Arévalo. Joydeep Mukherji coincide con esta interpretación y añade otra idea: "Antes, los países emergentes se fijaban en los países desarrollados. Ahora, se miran entre ellos. Se está produciendo un intercambio inédito de ideas. En los países hay voluntad de buscar mercados alternativos y trazar nuevos vínculos. Entre Latinoamérica y Asia, por ejemplo. El mundo está cambiando y estamos a mitad de ese cambio".

¿'Decoupling'? No tanto...

Esa transición se manifiesta en que el mundo emergente sigue creciendo, una realidad que contrasta con los países desarrollados, puesto que muchas naciones europeas están en recesión y la economía estadounidense no termina de asentar su recuperación. Los expertos de S&P, sin embargo, matizan esta distinción y la hipótesis del decoupling, es decir, el argumento que establece que las economías emergentes han desligado sus pasos de las desarrolladas. "Latinoamérica sufrirá si el mundo lo hace. No es independiente ni inmune a los problemas globales. Hay que tener claro que, en estos momentos, Latinoamérica es más débil hoy que en 2008 o 2009", advierte Sifón-Arévalo.

Caras y alguna cruz en Brasil

Incluso Brasil no es ajena a esta realidad, y eso que su evolución en la última década ha cautivado al mundo. "Brasil reúne dos historias", valora Joydeep Mukherji. Por un lado, prosigue, está la del éxito. "Ha protagonizado un proceso de estabilización económica y política espectacular; todos los partidos forman parte de un mismo sistema y entienden que existe un bien común, que es el país; las autoridades asumen que ya no vale eso de jugar con la moneda y los ciudadanos y las empresas entienden que Brasil tiene que producir para ganarse la vida... Todo va a mejor", relata. Pero, junto a esta progresión, también figuran los retos aún pendientes. "Brasil aún tiene debilidades. Es una economía con importantes cuellos de botella en sectores como el de las infraestructuras. Aún tiene tareas pendientes", concluye.

¿Y en el resto de la región qué países han evolucionado más positivamente? "Colombia es un caso exitoso, pero de algún modo es una historia que se esperaba. Han sorprendido más y muy positivamente los casos de Perú y Panamá. Se han sumado a ese bloque de países latinoamericanos que intentan no vincular su crecimiento exclusivamente a las materias primas. Por otro lado están las naciones que siguen dependiendo en exceso de los recursos naturales, como Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador", explica Sifón-Arévalo.

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