La banca española no para de hacer números a la espera de que las auditoras independientes den sus cifras la próxima semana y puedan saber a ciencia cierta la cantidad que precisan del rescate. Muchas de las entidades cotizadas han presumido estos días de no necesitar la ayuda de hasta 100.000 millones que ofrece el Eurogrupo al sector, aunque puede darse el caso de que alguno de estos bancos -aun no necesitándolo- acceda finalmente a esa línea de crédito para reforzarse en un momento en el que el mercado de capitales permanece cerrado y es casi imposible obtener financiación.
La desconfianza de los bancos internacionales hace insostenible que el grifo del crédito interbancario fluya. Y menos todavía en España, donde el Estado tiene que ofrecer intereses próximos al 7% para poder colocar sus bonos al estar continuamente amenazada por las agencias de rating y por rumores de un inminente rescate. Eso explica que las peticiones de financiación de la banca española al Banco Central Europeo (BCE) alcanzaran hasta mayo unos 315.000 millones de euros y que los bancos europeos prefieran depositar su dinero en el banco central a intereses mínimos antes que prestárselo unos a otros.
"Es muy probable que la mayoría de nuestros bancos acuda de forma voluntaria, o no, al plan de ayuda europeo para recapitalizarse. El corte es muy probable que se produzca en los dos grandes bancos, que tal y como han demostrado pueden financiarse en los mercados de forma autónoma a través de diversos métodos, como la venta de participaciones no estratégicas o acudiendo a los mercados", apunta Pablo Barrio, analista de XTB. Uno de los grandes inconvenientes que se plantea a la hora de decidir si acudir o no al rescate es el elevado interés al que tendrán que devolver los bancos el dinero recibido. Alrededor de un 8,5% es la cifra que se baraja, mientras que al Fondo de Reestructuración Bancaria (Frob) se lo prestarán a un 3-4%, aunque es un interés inferior al que estas entidades pagarían si acuden al mercado.
Toc, toc... ¿Frob?
Las numerosas incertidumbres que rodean a la "ayuda financiera", como el calendario del proceso y las cifras definitivas, hacen que pocas casas de análisis se pronuncien. Pero las que lo hacen coinciden en el "mensaje claro y contundente" que sería para los mercados que ninguno de los dos grandes bancos (Santander (SAN.MC)y BBVA (BBVA.MC)) necesite ayuda por la generación de resultados.
Si bien es cierto que las entidades no cotizadas son las que generan más dudas, la situación de CaixaBank (CABK.MC) -el tercer banco español por capitalización bursátil y fusionado con Banca Cívica (BCIV.MC)- y Banesto (BTO.MC) también plantean más de una para los analistas consultados por elEconomista, aunque siguen siendo Popular (POP.MC) y Sabadell (SAB.MC) las que más interrogantes desatan. "Quizá requiera una mínima ayuda CaixaBank, pero el resto debería recibir los fondos necesarios como para disipar cualquier duda, bien porque realmente lo necesiten o bien para tener colchón suficiente para resistir cualquier envite aún mayor de la crisis", opinan desde XTB. No obstante, el respaldo que supone para Banesto tener a Santander como máximo accionista permite pensar que no tendrá problemas. "Banesto podría cumplir porque tiene detrás a Santander y porque ya ha superado la exigencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) de contar antes de julio con un core capital de al menos el 9%", dice Nuria Álvarez, de Renta 4.
La banca mediana del Ibex 35, por su parte, podría estar más necesitada todavía de la inyección de capital de alrededor de 60.000 millones que podrían fijar las consultoras independientes Oliver Wyman y Roland Berger tras analizar los balances de las entidades españolas. Bankinter es entre todas éstas la que mejor consigue disipar las incertidumbres. "La menor exposición al ladrillo y los esfuerzos que hizo para reforzar los niveles de capital hacen que Bankinter no tenga que pedir ayuda", dice la analista de Renta 4.
Los bancos que presentan ahora mismo más interrogantes a los expertos consultados por elEconomista son Sabadell y Popular (ver gráfico). Ambas entidades coinciden en haberse hecho con otras entidades -la CAM y el Pastor, respectivamente- en la misión de configuar el nuevo mapa bancario fruto de la reestructuración del sector. Y precisamente esto es lo que puede suponerles un problema. "Sabadell nos plantea dudas porque la adquisición de la CAM puede penalizarla a pesar de la protección de activos que tiene del Gobierno", dice el analista de Dif Broker José Luis García (una de las cuatro firmas que sitúan al banco catalán entre los posibles candidatos a solicitar la ayuda del rescate).
Desde OnetoOne, sin embargo, supeditan la necesidad de capital extra de la banca de mediana capitalización a la capacidad que tengan para hacer desinversiones. "Popular, Sabadell, Bankinter [también incluye a CaixaBank] pueden no necesitarlo, pero la generación de resultados debe ir acompañada de venta de activos/sucursales/cartera industrial, y alguno de ellos podría tener que realizar ampliación de capital si no consiguen vender lo suficiente", dicen desde el banco de inversión.
Bankia, como es obvio, es indiscutiblemente el banco cotizado que recurrirá a las ayudas del Eurogrupo al estar, en la práctica, nacionalizada desde el pasado 9 de mayo.