El Tesoro Público tendría que pagar un interés muy elevado en la próxima subasta, que se celebrará este martes, por la inseguridad que suscita un rescate a corto plazo
El Tesoro Público volverá a la carga esta semana tras casi dos semanas sin verse las caras con el mercado. El escenario es convulso. Después de que se aprobara hace una semana la ayuda para recapitalizar a la banca española, la tensión se palpa en un mercado en el que el bono español a diez años ha llegado hasta el 7% -máximos desde la creación del euro-, mientras que la prima de riesgo, que mide la diferencia entre nuestros bonos y los alemanes a una década, se ha disparado hasta los 544 puntos básicos. Todo ello, la misma semana en la que Moody's ha dejado la nota crediticia de España a un paso del bono basura. Un panorama que puede elevar el coste de financiación convirtiendo la rentabilidad de las letras a 12 y 18 meses, que se subastarán el martes, en la más alta respecto a la que ofrecen otros productos conservadores a corto plazo.
Salvo sorpresas, todo indica que saldrán al mercado a unos rendimientos que se moverán entre el 4 y el 4,5%, por debajo de los registrados en la última subasta, cuando se adjudicaron con una rentabilidad media del 2,98 y 3,30%. Así lo permiten presagiar los bonos a dos años, que sirven como termómetro para anticipar cómo pueden resultar las emisiones de letras a 12 y 18 meses.
Una retribución que superaría con creces la que ofrecen de media los depósitos a doce meses (ver gráfico), que se sitúa en el 2,43% según refleja la Primera División de la Liga del Depósito -clasificación que elabora elEconomista con la oferta comercial de las entidades con más cuota de mercado en el negocio bancario nacional-. Y es que en las últimas semanas, las entidades han seguido revisando a la baja la rentabilidad que brindan en sus imposiciones a plazo fijo (ver gráfico).
El interés que se presume que alcanzarán las letras podrá, incluso, superar lo que ofrecen los pagarés. La máxima retribución la ofrece Bankinter, un 4,35% a un año.