El objetivo es colocar entre 1.000 millones y 2.000 millones de euros en bonos españoles a un plazo de 3, 5 y 10 años. Y todo apunta a que el Tesoro Público tampoco tendrá problemas esta vez para alcanzar su objetivo por varias razones.
La primera es que dicho objetivo es de todo menos ambicioso, sobre todo teniendo en cuenta que los 22 colocadores participan en esta subasta deben quedarse con el 3% de lo subastado cada uno, lo que garantiza una cobertura de como mínimo un 66%. Y la segunda es que la subasta se produce en uno de los mejores contextos de las últimas semanas para la deuda española, después de que ayer la prima de riesgo entre el bono español y el alemán se despidiese de la cota de los 500 puntos, tras los rumores sobre un rescate a la banca; y esta distensión puede traducirse en un aumento de la demanda.
Con todo, el Tesoro subastará obligaciones a 10 años con un cupón del 5,85%; bonos del Estado a cinco años, con una vida residual de casi cuatro años y medio, en los que aplicará un cupón del 4,25%; y bonos a tres años que vencerán a finales de octubre de 2014 y que cuentan con un cupón del 3%. En el caso de las obligaciones a 10 años, que vencen el 31 de enero de 2022, la última subasta de este producto tuvo lugar el pasado 19 de abril, cuando se colocaron 1.424,7 millones con un interés marginal del 5,778%, mientras en el mercado secundario se pagaba un rendimiento del 5,92%.
Por su parte, la última subasta de bonos a 5 años se celebró el 4 de abril. Entonces el Tesoro colocó 972,6 millones con un interés del 4,368%, cuando en el mercado se pagaba un 4,50%. Por último, el 19 de abril el Tesoro colocó 1.116,4 millones en bonos a tres años para los que aplicó un tipo del 3,52%.
Quien, de momento, disfrutó ayer de una buena subasta fue Portugal. Adjudicó 500 millones de euros en títulos a seis meses al 2,65% de interés, casi tres décimas menos que en mayo, y 1.000 millones de euros en letras a doce meses al 3,83%.