La compañía de energías renovables Fersa ha sufrido durante la sesión un duro desplome del 11,4% que ha llevado a cotizar en 0,31 euros por acción... precio que aviva la polémica por haber rechazado una OPA de exclusión a 0,4 euros por acción al considerar sus directivos que la oferta no refleja el "verdadero" valor de las acciones.
Aunque el valor ha conseguido en la ultimísima parte de la sesión remontar parte de sus pérdidas, hasta cerrar en 0,33 euros por acción, con pérdidas del 5,7%, se ha tratado de una caída con mucho volumen, casi medio millón de títulos, dado el tamaño de la compañía, que capitaliza 46 millones de euros. Los brokers que han acaparado las ventas de títulos han sido Santander Investments y Merrill Madrid. Además, los 0,31 euros marcados en el intradía son un mínimo histórico para Fersa desde su salida a bolsa en 2006.
Polémica servida
Estas fuertes caídas llegan tan sólo 7 días después de que la compañía rechazase la oferta de adquisición por el 100% de sus acciones (OPA de exclusión) formulada el pasado 13 de abril de la danesa Greentech, que ofrecía 0,4 euros por acción. Los directivos de Fersa rechazaron la oferta alegando que no reflejaba el valor "verdadero" de la compañía. La cuestión es que en el momento que se lanzó la oferta, los títulos de la compañía catalana se han depreciado un 24 por ciento, hasta los 0,33 euros, con caídas muy acentuadas en varias de las sesiones (sin ir más lejos, el 16 de mayo se desplomó un 18,6 por ciento, hasta 0,35 euros).
Fuentes cercanas al mercado explican que en los últimos años, ha medida que se ha ido acentuando el declive de esta compañía 'verde' en bolsa, han ido entrando en su capital un montón de grandes inversores individuales y algunos institucionales de menor tamaño que han entrado apalancados en valor, por lo que cada vez que éste cae en bolsa deben aportar garantías adicionales para pagar sus préstamos. Esos mismos inversores sí tienen interés en acudir a la OPA (debe ser aprobada al menos por el 50 por ciento de las acciones más 1) para recuperar al menos parte de lo perdido del valor. La cuestión es que los préstamos que han suscrito para poder comprar las acciones tienen un stop (también llamado margin call) que si pierden, el banco prestamista ejecuta las garantías y vende esos títulos. Eso es lo que ha sucedido hoy: según las fuentes consultadas, los acreedores no han podido esperar a que se terminen de negociar las condiciones de la operación; la pérdida del nivel de 0,33 euros ha disparado las ventas, provocando las caídas de Fersa.