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El operador de Londres "Voldemort", causante de las elevadas pérdidas de JPMorgan

Londres, 11 may (EFE).- Un operador financiero francés de JPMorgan Chase con sede en Londres, apodado "Voldemort" por su influencia en el mercado de derivados, es responsable de las pérdidas de 2.000 millones de dólares del banco estadounidense, afirma hoy el "Financial Times".

El consejero delegado del mayor banco de EEUU por activos, Jamie Dimon, reconoció el jueves una serie de errores "atroces" a través de la cartera de crédito de su Oficina de Dirección de Inversiones, que ocasionaron unas pérdidas de al menos 2.000 millones de dólares (1.500 millones de euros).

El causante de este batacazo fue, según el FT, Bruno Iksil, un "trader" francés que trabaja en la sede londinense del banco y al que se conoce como "la ballena de Londres" y "Voldemort", el malvado mago de los libros de Harry Potter, por el gran poder que ejercía en el mercado de derivados.

Iksil trabaja en la Chief Investment Office (CIO), una unidad de JPMorgan en Londres que se dedica a minimizar los riesgos del mercado y a invertir los excesos de fondos del banco.

En los últimos cinco años, esta unidad había triplicado el valor de sus activos hasta alcanzar los 350.000 millones de dólares (270.000 millones de euros) a finales del año pasado.

Según la prensa británica, "Voldemort", uno de los trabajadores más reconocidos del CIO, podía mover por sí solo el mercado de derivados, uno de los terrenos preferidos por los especuladores.

A pesar de su fama, Iksil, que empezó a trabajar en el banco estadounidense hace siete años, se define en su perfil profesional como alguien "humilde" capaz de "andar sobre el agua".

Estas elevadas pérdidas, a las que podrían sumarse otros 800 millones de dólares en el segundo trimestre, han provocado desde ayer una fuerte caída de los activos bursátiles de JPMorgan en Wall Street, donde descendían un 9,35 por ciento en la apertura de hoy.

El diario estadounidense "The Wall Street Journal" consideró que los errores detectados ponen en entredicho la imagen de ese banco, uno de los que mejor había sorteado la crisis, y la de su consejero delegado, uno de los ejecutivos mejor valorados en Wall Street.

El año pasado, otro intermediario financiero con sede en Londres, Kweku Adoboli, fue acusado por el banco suizo UBS de operaciones no autorizadas que supusieron pérdidas de unos 1.800 millones de euros.

Adoboli trabajaba en la división europea de gestión de capitales del banco suizo en Londres, en un fondo de inversión específico (Exchange traded fund), donde escondió presuntamente los riesgos que asumía generando datos ficticios.

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