Después de la crisis de Gobierno conocida ayer, cuando el primer ministro Mark Rutte presentó su dimisión junto con todo su Ejecutivo, Holanda ha celebrado hoy una subasta de deuda. En total ha colocado 1.995 millones de euros en bonos a 2 y 25 años, frente al máximo previsto de 2.500 millones.
Por los títulos a dos años ha pagado un interés medio del 0,523%, frente al 1,89% que tuvo que abonar en abril de 2011, y ha logrado vender 1.000 millones de estos papeles. A su vez, ha adjudicado 995 millones de euros en títulos con vencimiento a 25 años, por los que ha ofrecido una rentabilidad media del 2,782%.
La agencia de calificación crediticia Moody's avisó ayer a Holanda, una de las últimas triple A del Viejo Continente, de que la dimisión del Gobierno podría tener efectos negativos de cara a la consolidación fiscal prometida y, en consecuencia, sobre su calificación crediticia.