El primer ministro holandés, el conservador Mark Rutte, ha presentado hoy oficialmente su dimisión, y la de todo su Ejecutivo, a la Reina Beatriz después de que las conversaciones con sus socios de gobierno para realizar una nueva ronda de austeridad fracasaran durante el fin de semana. Rutte ha mantenido una reunión de dos horas con la reina en la que ha informado de su renuncia.
El todavía primer ministro, que comparecerá mañana ante el Parlamento, no ha explicado cuándo se van a convocar nuevas elecciones.
Su dimisión, que adelantaron esta mañana la agencia Reuters y la cadena holandesa RTL, supone una nueva víctima de la crisis financiera de la Eurozona y un nuevo motivo de preocupación para los mercados, siendo Holanda todavía uno de los miembros del euro que conserva la triple A de las tres grandes agencias de calificación.
Además, supone un nuevo revés para un gobierno conservador tras las dudas en Francia sobre la reelección de Nicolas Sarkozy, que ayer perdió la primera vuelta frente al candidato socialista François Hollande.
Falta de apoyo a los recortes
El Gobierno holandés celebraba hoy una reunión extraordinaria para estudiar una posible convocatoria de elecciones anticipadas ante la imposibilidad de pactar recortes económicos para corregir el déficit.
La jornada comenzaba con un consejo de ministros extraordinario en el que los partidos en el Gobierno, liberales y democristianos, analizaban la mejor salida a la crisis política que ha surgido tras perder la mayoría parlamentaria que le daba el apoyo de los antimusulmanes y euroescépticos de Geert Wilders (PVV), que el pasado fin de semana se retiraron de las negociaciones sobre nuevos ajustes.
Tras la reunión del Ejecutivo, estaba previsto que el primer ministro, Mark Rutte, despachara con la reina Beatriz para discutir la disyuntiva política. Líderes de la oposición ya han indicado que el Parlamento solicitará un debate sobre la actual crisis política que podría celebrarse hoy o mañana, según la televisión pública NOS.
Problemas con los ajustes en Holanda
Los medios de comunicación holandeses publican hoy que, tras siete semanas de negociaciones, los liberales y democristianos habían pactado un nuevo paquete de ajustes por valor de 15.000 millones de euros, que Wilders rechazó este fin de semana, desencadenado una crisis política en el país.
Los nuevos ajustes se consideran necesarios para rebajar el déficit público hasta el 3% del producto interior bruto (PIB) que exige Bruselas en 2013.
Los últimos pronósticos indicaban que el déficit holandés sería de un 4,6% el próximo año si no se aprobaba un nuevo paquete de medidas, que Holanda tiene que presentar a la UE el próximo 30 de abril.
Según Wilders, la retirada de su apoyo responde a que su partido no está dispuesto a "seguir los dictados de Bruselas" si eso significa que personas como los jubilados holandeses pierdan poder adquisitivo.