España no tiene la exclusiva de ser el país de Europa con problemas para cumplir con el objetivo de déficit del 3% impuesto por Bruselas para el año 2013. También Holanda se enfrenta a este quebradero de cabeza, sobre todo después de que hayan fracasado las negociaciones del Gobierno conservador de Mark Rutte con el resto de partidos políticos para aprobar los planes de austeridad que les permitieran alcanzar ese 3%.
Un fracaso que, además de costarle a Rutte la presidencia del Gobierno de Holanda -ayer presentó su dimisión dando así vía libre a unas elecciones anticipadas-, ha puesto en entredicho la condición de Holanda como país refugio, el único, junto con Alemania de la eurozona que aún conserva la triple A por parte de las tres casas de análisis.
Máximo riesgo
Un ejemplo de las nuevas dudas de los inversores se ve en la evolución de la rentabilidad de sus bonos a 10 años, que sube cuando cae el precio. Ayer, este rendimiento se elevó hasta el 2,42%, lo que llevó a su prima de riesgo a marcar máximos históricos en los 78 puntos. Además, sus seguros contra el impago (CDS) protagonizaron su mayor subida diaria del año, al repuntar 14 puntos básicos, hasta los 133 puntos, lo que convirtió a Holanda en el cuarto país del mundo en el que más crecieron.
La política también fue ayer lo que marcó el camino a los inversores en Francia. La previsible victoria de Francois Hollande, contrario a la tesis alemana de rigurosidad presupuestaria, en la segunda vuelta del 6 de mayo -venció en la primera con el 28% de los votos-, tampoco acabó de inyectar optimismo en los inversores. Máxime teniendo en cuenta que una de las propuestas de Hollande pasa por cambiar el mandato del BCE para fomentar políticas de crecimiento, una idea totalmente contraria a la que defiende el Gobierno de Alemania.
Así, la rentabilidad del bono francés a diez años se mantuvo por encima del nivel del 3%, llevando a su prima de riesgo con respecto al bono alemán hasta los 146 puntos. Un repunte en el que también influyeron las compras que llevaron a cabo los inversores de bonos alemanes, que sí aguantan como activos refugio. La prueba: su rentabilidad cayó al 1,64%, nuevo mínimo histórico.