Bolsa, mercados y cotizaciones

Las letras pueden llegar al 4,5% e igualar el interés de los depósitos

La duda tiene un precio, el que tendrá que pagar el Tesoro Público español esta semana para financiarse en un contexto en el que la prima de riesgo española -que mide la diferencia entre la rentabilidad de nuestro bono y el alemán a diez años- alcanza los 435 puntos básicos, con el interés del bono por encima del 6%. Con dos subastas a la vista, este aumento de la tensión puede provocar una doble lectura. La primera es que hoy la factura por colocar letras a 12 y 18 meses en el mercado se puede encarecer previsiblemente respecto a marzo-en una emisión con la que pretende captar entre 2.000 a 3.000 millones de euros-. La segunda es que, estos mayores intereses, dotarían de atractivo a la deuda a corto plazo frente a otros productos más conservadores, como los depósitos.

Pero esta emisión de letras no es el único examen al que se enfrenta el organismo en los próximos días. El jueves se producirá la segunda prueba con una colocación de deuda a largo plazo. En concreto, el Tesoro Público emitirá bonos a 2 y 10 años mediante la que buscará colocar entre 1.500 y 2.000 millones de euros.

Repunte del bono

Ambas emisiones llegan en un contexto en el que "el bono al 6,1% y el CDS en 512 puntos son indicativos del miedo de los inversores. El problema es que -percibido desde el extranjero- las diferencias entre el Gobierno central y las comunidades autónomas siembran dudas sobre la capacidad de España para cumplir el objetivo del déficit", apuntan desde SaxoBank.

"Sin embargo, que el bono a diez años esté en el 6% no es motivo para estar en alerta máxima, porque España ya ha colocado mucha de su deuda en los primeros meses del año", añaden.

No obstante, la importancia que tienen ambas subastas radica en "conocer el ratio de cobertura, por encima del 2 en la última subasta; en cuanto al tipo de interés que el mercado demanda, la subasta de marzo lo fijó alrededor del 1,5%.

De la combinación de estas variables, podremos anticipar algo del pensamiento que invade a los inversores sobre si el problema de España es sólo de rentabilidad a corto plazo que el mercado exige, o si la cuestión tiene tintes mucho más oscuros y puede representar el inicio de la necesidad de ayuda comunitaria para sacar adelante las subastas de deuda", señala Javier Flores, responsable de Asinver. "Un dato negativo de todas las variables comentadas puede hacernos prever el desastre que se avecina para las próximas colocaciones", sentencia.

Competencia a los depósitos

Pese a que el Tesoro Público ya ha hecho buena parte de sus deberes a lo largo de 2012 -casi se ha emitido la mitad de la deuda a largo plazo prescrita para todo el año-, previsiblemente las emisiones de esta semana se encarecerán. Prueba de ello es que la última vez que la institución emitió bonos a una década pagó un 5,4%, mientras que ahora estos títulos cotizan a un 6,07% en el mercado secundario. Lo mismo que sucede con las referencias a menor plazo, como son las letras a 12 y 18 meses.

Todos los indicios señalan que los rendimientos de la deuda a corto plazo volverán a ser competencia de los productos bancarios más conservadores. Así lo desvela el comportamiento de los bonos a dos años, que son una referencia válida para las letras a corto plazo. Éstas se subastaran en marzo con un interés medio del 1,418 a 12 meses y del 1,711% a 18 meses.

Por entonces, la rentabilidad de los bonos a dos años se limitaba al 2,34%. Un mes después, este rendimiento se encuentra en el 3,63%, es decir, un 55% por encima. Esto significa que las referencias para las letras a 12 y 18 meses de la subasta de hoy se sitúan en el 2,18 y 2,65%, respectivamente. Unos intereses que, en el caso de las letras a 18 meses, se igualan con los que ofrecen los depósitos. Tras las últimas modificaciones en la oferta comercial de la banca a la baja, la rentabilidad media que ofrecen la Primera División de la Liga del Depósito -clasificación que elabora elEconomista con la oferta de las entidades con mayor cuota de mercado en el negocio bancario nacional- baja al 2,65%.

No ocurrirá lo mismo con los pagarés, productos que se consolidan en los escaparates bancarios como alternativa a la menor retribución que brindan los depósitos. Su interés medio a doce meses se sitúa en el 4%, lejos de la rentabilidad que se presume para las letras que el Tesoro emite hoy.

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