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Accionistas aprueban una capitalización necesaria para que UBS supere crisis

Ginebra, 27 feb (EFECOM).- Los accionistas de UBS aprobaron hoy el aumento de capital que el banco necesita para contrarrestar el grave impacto que ha tenido en su balance la crisis de hipotecas de alto riesgo en EEUU, que le causó pérdidas de más de 2.700 millones de euros en 2007 y ha afectado fuertemente su credibilidad.

La capitalización se elevará a 19.400 millones de francos (unos 12.000 millones de euros), de los que 13.000 millones serán financiados a través de la emisión de una deuda convertible ofrecida en suscripción exclusiva al fondo soberano de Singapur GIC y a un inversor anónimo de Oriente Medio.

La medida fue apoyada por más de dos tercios de los 6.400 accionistas reunidos en una asamblea general extraordinaria.

"Comprendemos las críticas, pero la prioridad es consolidar de manera inmediata e incondicional el capital", según les explicó el presidente de UBS, Marcel Ospel.

La entrada del fondo del Estado-ciudad de Singapur en el capital del banco ha levantado una polémica en las últimas semanas en Suiza por la interferencia que podría crear en la futura gestión del establecimiento, del que pasa a ser el principal accionista.

Sin embargo, esa posibilidad ha sido negada por los directivos del banco, quienes han asegurado que el acuerdo alcanzado con GIC aparta ese riego.

El fondo de pensiones Profond, representante de 1.650 empresas accionistas, realizó una propuesta alternativa, consistente en un aumento ordinario de capital mediante la atribución de los derechos de suscripción a los accionistas actuales, quienes en condiciones normales tienen un derecho preferencial.

El Consejo de Administración de UBS negó su apoyo a esa iniciativa, sobre la que explicó que retrasaría la obtención de nuevos capitales y presionaría a la baja la cotización bursátil de los títulos del grupo bancario.

En reacción a múltiples intervenciones de accionistas que expresaron su temor ante el posible surgimiento de nuevas turbulencias financieras, Ospel sostuvo que resulta demasiado prematuro hablar de ello.

En cualquier caso, agregó, "esta capitalización ofrece al banco la posibilidad de cubrirse y dotarse del capital necesario".

A pesar de las severas críticas que desde el espectro político hasta los círculos financieros y empresariales se han dirigido contra Ospel y el resto de directivos de UBS, los accionistas apoyaron todas las proposiciones que éstos les presentaron.

Además de la capitalización, los poseedores de títulos dieron su aval al pago de dividendos de 2007 en acciones en lugar de efectivo.

Asimismo, rechazaron -como lo recomendaba el Consejo de Administración- la creación de un mecanismo independiente de control de cuentas del banco.

La asamblea general se prolongó así por siete horas, durante las cuales tomaron la palabra representantes de inversores institucionales y pequeños accionistas, varios de los cuales acusaron a los dirigentes de UBS de una gestión ineficiente y pidieron especialmente a Ospel que dejara su cargo de presidente.

Además de las pérdidas que le generó, su exposición al mercado de créditos de alto riesgo obligó al banco helvético a efectuar una depreciación de activos por 21.000 millones de dólares.

Varios accionistas también hicieron referencia también a las enormes remuneraciones de los directivos de UBS, que se cifran en varios millones de euros si se considera la bonificación anual extra, a la que este año han renunciado.

Ospel reconoció los errores cometidos. "Evaluamos mal ciertas evoluciones, no hay duda de eso", señaló.

Sostuvo que si los expertos del banco hubiesen "reconocido con suficiente anticipación las señales del mercado inmobiliario de EEUU", las pérdidas habrían sido menores.

A pesar de las críticas en su contra, Ospel pedirá en la asamblea general ordinaria del banco, convocada para el 23 de abril, la renovación de su mandato por un año. EFECOM

is/jla

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