
Salvo la cantidad (529.531 millones de euros) y el número de bancos (800), poco más se sabe de la subasta de liquidez a la banca que llevó ayer a cabo el BCE mediante préstamos a tres años y con un tipo de interés cercano al 1%.
Se intuye, aunque se desconoce, que la banca española atesoró cerca del 20% del total de la liquidez que suministró el organismo europeo, lo que, de confirmarse, supondría que la banca española se habría quedado con cerca de 106.000 millones de la barra libre del BCE. Una cantidad que sumada a los también supuestos 80.000 millones de euros que atesoró en la anterior subasta del 23 de diciembre, supondría un total de 190.000 millones de euros.
De momento, sólo son tres las entidades españolas que han confirmado que han acudido a la subasta: BBVA aclaró que ha solicitado una cantidad "similar" a los 11.000 millones que pidió en la de diciembre; Banca Cívica ha pedido 6.100 millones de euros, el doble que en la anterior; y CaixaBank ha confirmado su participación, sin especificar capital.
Sin embargo, lo previsible es que también haya recurrido el resto a la subasta del organismo, máxime si se tiene en cuenta que en total son 800 los bancos que lo han hecho, frente a los poco más de 500 de la de diciembre, lo que, según explican desde Barclays, "sugiere que muchos bancos pequeños han participado para trasladar esa financiación a la economía real".
Objetivos medio cumplidos
Precisamente, que los bancos trasladen esa liquidez a la economía real a través de préstamos es uno de los objetivos que persiguen las subastas del BCE. No en vano, los bancos consiguen así cubrir buena parte de sus vencimientos de deuda, lo que a priori debería traducirse en una mayor concesión de créditos.
Sin embargo, al menos en España, ese traslado a la economía parece lejano. De hecho, según los últimos datos del Banco de España, la concesión de nuevo crédito hipotecario cayó un 46% en 2011, un 34% en lo que se refiere al crédito al consumo y un 22% en los préstamos a empresas.
Ganan los gobiernos
Sí se están cumpliendo, sin embargo, el segundo y tercero de los objetivos: que los bancos destinen parte de lo que reciben en préstamos al 1% en adquirir deuda pública, sobre todo de países como España e Italia Lo que permite el tercero de los objetivos del BCE: que a los Estados les cueste menos financiarse.
Ganan así los Gobiernos: por ejemplo, España ha pagado en su última subasta de bonos a 10 años un 13% menos que en diciembre e Italia abonó el martes por sus letras a seis meses intereses del 1,20% frente al 7% de diciembre, algo en lo que ha ayudado que su prima de riesgo se ha reducido de los 502 puntos de diciembre a los 337.
Pero también ganan los bancos, que pueden llegar a obtener rentabilidades del 5% comprando deuda pública con un dinero que el BCE les ha prestado a tipos de interés del 1%, lo que supone un diferencial de 4 puntos porcentuales y se conoce como carry trade. Por ejemplo, si los bancos españoles cotizados, que acaparan la mayor parte de los préstamos solicitados, hubieran invertido en deuda pública con rentabilidades del 5% el 75% de los cerca de 190.000 millones que han recibido previsiblemente, lograrían 5.577 millones de euros, una tercera parte de todo el beneficio que se estima que consigan en total en este año.
Si la rentabilidad de la deuda adquirida fuera del 4% y sólo se hubiera destinado el 25% de los préstamos del BCE a estas adquisiciones, el beneficio obtenido ascendería a 1.394 millones. Aunque estos cálculos responden sólo a supuestos parece claro que parte del dinero que han pedido los bancos se ha destinado a comprar deuda pública. De hecho, la banca española nunca ha tenido tanta como ahora.