La crisis helena cerró ayer un nuevo capítulo en el que las llamadas economías periféricas, muy a su pesar, volvieron a convertirse en personajes de la tragedia griega.
Así lo pusieron de manifiesto las primas de riesgo tanto de España, Italia, Irlanda y Portugal -medidas como la rentabilidad extra que el mercado exige a sus bonos a una década frente a su homólogo alemán por su mayor riesgo de impago- quienes experimentaron un repunte que elevó sus diferenciales hasta los 357, 387, 634 y 1.019 puntos básicos respectivamente. Todo ello como consecuencia de que los ministros de finanzas de la eurozona anunciaron que están estudiando retrasar una parte o la totalidad del segundo rescate al país heleno. Fruto de las discrepancias que hay entre los estados miembros en los que cada vez parecen clamar con más fuerza las voces que consideran que es mejor dejar caer ya a la economía griega a seguir inyectando dinero en este país con el fin de que la quiebra resulte más controlada.
Estas desavenencias provocaron una reacción en la misma dirección en los mercados secundarios de renta fija, pero de forma asimétrica. Ya que, aunque los diferenciales de todas las economías periféricas sufrieron incrementos, España e Italia salieron especialmente peor parados con un aumento de su brecha respecto al bund de 19 y 21 puntos básicos en cada caso.
Inoportuno para España
En el caso de España este ascenso resulta especialmente inoportuno ya que hoy, por segunda vez en esta semana, el Tesoro acude al mercado con el fin de captar entre 3.000 y 4.000 millones de euros mediante una subasta de bonos y obligaciones a vencimiento en 2015 y 2019, con un cupón del 4 y el 4,40% respectivamente.
En las anteriores emisiones de referencias similares el Estado, el pasado 2 de febrero, consiguió captar 2.522 millones de euros a un interés medio del 2,86%, en lo que se refiere a sus vencimientos a 3 años. Mientras que en la anterior emisión de obligaciones cuya vida residual era de 7 años y medio, del 19 de enero, el Tesoro obtuvo 2.300 millones de euros a un coste de financiación del 4,54% de rentabilidad media. En ambas colocaciones la demanda superó a la oferta en 1,63 y en 2,01 veces respectivamente.
El Estado espera así mantener su buena racha en colocaciones auspiciada por la inyección histórica de liquidez que realizó el Banco Central Europeo el pasado 21 de diciembre.