
Los títulos de la gestora de la bolsa española, BME, celebraron ayer que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) pueda seguir los pasos de Francia y Bélgica y retirar próximamente la prohibición de tomar posiciones en corto en valores financieros. La medida ha supuesto un fuerte recorte en los volúmenes de los últimos meses, aunque también ha tenido una nota positiva para BME, ya que en este periodo el porcentaje de bajistas ha caído a más de la mitad, al pasar del 3,596 al 1,475%.
El dato lo convierte en el valor protegido en el que más se reducen este tipo de inversiones desde que se mantiene vigente la medida. Y no sólo eso, sino que el porcentaje actual de bajistas en BME es el más bajo desde que el supervisor obliga a que se comuniquen las posiciones superiores al 0,2%, desde junio de 2010.
El acuerdo al que llegó hace seis meses la CNMV detallaba claramente la prohibición de "crear una posición corta neta o aumentar una preexistente". Es decir, que desde agosto no se puede invertir en ningún valor financiero con la intención de que caiga para recomprarlo más barato y ganar con la diferencia. Pero lo que sí puede hacer un inversor es reducir posiciones bajistas que ya tuviera. Y, de hecho, no sólo ha habido una retirada de los bajistas en BME, la tendencia ha sido la misma en algunas entidades financieras (ver cuadro).
Las variaciones más significativas se han producido en Sabadell, Popular y Bankinter. Si a mediados de agosto las inversiones a la baja suponían un 3,591% del capital de Sabadell, ahora sólo equivalen a un 2,409%. En el caso de Popular, la cifra se ha reducido del 5,419 al 4,771% y en el de Bankinter, del 5,835 al 5,195%. Los últimos porcentajes revelan que se ha regresado a niveles previos a que se aprobara el veto a los cortos.
Los nuevos refugios
La decisión de la CNMV abrió la polémica, pues muchos consideran que se trata de una medida que distorsiona los precios de mercado. Pero también impacta directamente en otras compañías. Basta ver el cambio en las preferencias de los bajistas en estos meses. Antes Bankinter, Popular, BME y Sabadell estaban entre los diez valores donde más se operaba a corto, mientras que ahora BME se sale de la lista y el resto pierde posiciones para ser adelantados por empresas como Gamesa, Amadeus o Mediaset.
Un volumen dañado
La huida de los cortos en los valores financieros es la reacción positiva que ha acarreado la prohibición de la CNMV y el menor volumen de contratación, el lastre de una decisión que puede tener los días contados. El veto de operar a corto en estos valores ocasionó que el mercado cerrara los cuatro últimos meses de 2011 con volúmenes mínimos desde 2004, ya que en términos de capitalización éstos representan el 30 por ciento de la bolsa.
El mayor descenso de contratación del parqué se produjo en noviembre. En ese mes el volumen de la bolsa española rondó los 68.600 millones de euros, casi un 39% menos que en el mismo mes de 2010 y un 24% inferior de lo que venía haciendo de media desde que estalló la crisis en 2008 (ver gráfico).
"La prohibición de cortos ha implicado un recorte en el volumen diario negociado del 25% respecto a la primera mitad de año", apunta Mario Lodos, analista de Sabadell. Estos descensos tuvieron un gran impacto en los valores afectados por la decisión del órgano regulador. "El volumen efectivo negociado en valores del sector financiero ha caído un 42% anual hasta noviembre", aseguró el presidente de BME, Antonio Zoido, en el mes de diciembre. Entonces, el operador de bolsas había salido airoso de una posible salida del valor del Ibex 35 al tener en cuenta el Comité Asesor Técnico (CAT) que las cifras de volumen registradas por el gestor no eran las propias del valor sino que recogían el impacto de la suspensión de posiciones cortas.
Sin embargo, ayer, ante la posibilidad de que España siga el camino de Francia y Bélgica -que levantaron la prohibición el pasado lunes-, BME fue uno de los valores que acaparó el mayor optimismo al anotarse un alza del 2,3% en el Ibex, aunque llegó a subir un 5,75% durante la jornada que elevó su cotización hasta cerca de 22 euros por acción (precio no visto desde mayo).
Asimismo, BME también se animó en bolsa tras conocer que su homólogo alemán, Deutsche Boerse, duplicó su beneficio anual hasta los 848,8 millones de euros y anunció que propondrá en la junta de accionistas repartir un dividendo regular de 2,30 euros por acción más un dividendo especial de 1 euro.