
Ayer veíamos como la de Cupertino sobrepasaba la cota psicológica de los 500 dólares por acción. Con una capitalización bursátil que se acerca ya al medio billón de dólares mucho se habla ya del posible dividendo de Apple o un posible desdoblamiento de sus participaciones. Pero en Wall Street también se habla de cómo los beneficios de la compañía fundada por Steve Jobs podrían haber hinchado desproporcionadamente el comportamiento del Standard & Poor' s 500, el indicador de referencia para la renta variable de EEUU.
Al fin y al cabo, la contribución de Apple supuso 79 centavos de los 1,80 dólares en beneficios anuales registrados por el S&P 500 durante el último trimestre de 2011. De momento, con el impulso que el valor lleva en lo que llevamos de año, muchos temen que la evolución del S&P 500 esté prácticamente dominada por la tecnológica.
Sin embargo, otros valores como la aseguradora American International Group y el banco Bank of America, también se perfilan como los esteroides que inyectan energía a uno de los indicadores más amplios de la renta variable de Estados Unidos.
En el último trimestre del año pasado, AIG y el vapuleado prestamista más grande del país influyeron con sus cuentas en un 2% en la evolución del S&P 500, lo que suponen cerca de 45 centavos de los beneficios anuales registrados por el indicador.
Es decir, tres compañías totalmente distintas tanto por sus orígenes, negocios, como por el estado de sus cuentas, abarcaron 1,24 dólares del BPA de 1,80 dólares del S&P 500. En este sentido, las dudas afloran, y no es para menos.
Por un lado, Apple, con una caja que fácilmente alcanzará los 100.000 millones de dólares y unos ingresos históricos, es la verdadera imagen del éxito del corporate de EEUU. Sin embargo, en el caso de Bank of America, es imposible dejar atrás los altibajos sufridos por el banco durante los últimos meses.
La entidad, todavía vigilada muy de cerca por los reguladores estadounidenses, llegó a convertirse en un penny stock a finales del año pasado, cuando su acción perdió la cota psicológica de los cinco dólares. Ahora, después de alcanzar un acuerdo con las autoridades federales y estatales sobre el polémico caso de los embargos inmobiliarios, el precio de sus acciones oscila en los 8 dólares, un precio que no termina de convencer a los más escépticos.
Desde JP Morgan, Thomas J. Lee, explica que, de momento, no hay que preocuparse. "La contribución de los valores atípicos en 2011 "no es extraordinaria". "Desde el año 1990, los valores en el extremo superior del S&P 500 han supuesto un 16% del BPA registrado por el indicador", añade, al mismo tiempo que aclar que el crecimiento del beneficio del S&P 500 sería esencialmente cero sin esta clase de valores.
El analista apunta que, en estos momentos y según los datos históricos, el gran dominio de Apple sobre el S&P "no hace que la renta variable de EEUU sea menos saludable", aún así, pone de manifiesto una interesante estrategia para 2012.
Así, el equipo de estrategas de JP Morgan recomienda "comprar" valores en los sectores "mas rezagados de 2011", eso sí, el equipo de Lee reconoce que éstos todavía anticipan una pausa a corto plazo.